domingo, 3 de octubre de 2010

"Todos ganaron, todos perdieron"

Por mucho que se empeñen los compañeros Méndez y Toxo, la llamada huelga general del 29-S fue un fracaso. Como ya me temía, puso de manifiesto la debilidad de los sindicatos UGT y CC OO, así como la indiferencia de la mayoría de los cuatro millones de parados y los otros millones de ciudadanos “recortados”, que hubieran tenido la ocasión ideal para expresar su descontento con todo el sistema y su deseo de más democracia en lo económico y social. Zapatero se ha ahorrado esta picota, por eso llama a la moderación y la condescendencia con los sindicatos. Además, la huelga general le ha dado a Zapatero una nueva base para reformar la reforma laboral. La que más claramente ha ganado ha sido la patronal (CEOE). También ellos tienen ahora una nueva base para hacerse más correosos, aunque, desde su fuerza, quizá estén dispuestos a hacer alguna concesión para contentar a Zapatero, que tampoco es cosa de buscar la confrontación con el gobierno, que aún no ha agotado su legislatura.

Quienes más han perdido han sido los del PP. Rajoy se aferra ahora al debate sobre los presupuestos de 2011, con la muy vaga esperanza de que Zapatero pudiese, al final, y pese al pacto con el PNV, fracasar en la votación. De la huelga general (que se ha quedado muy chiquita), el PP había esperado la paralización de toda España, para pescar en río revuelto y que sus camisas viejas clamaran que con Franco y los sindicatos verticales, esto no hubiese pasado. A Zapatero, con todo su talante, no le hubiese quedado otro remedio que convocar elecciones anticipadas, el sueño y pesadilla de Rajoy.

En fin, pasó el 29-S. y no ha ocurrido sustancialmente nada. Lo único preocupante que hemos de reseñar es el apoliticismo de la sociedad española, que es la carcoma de la democracia. UGT y CC OO no debieron nunca, también en interés propio, convocar el 29-S.

2 comentarios:

  1. Tiene usted toda la razón. Pero, desgraciadamente y visto lo visto, las alternativas son pocas. Esto es "ajo y agua" porque cuando lleguen Rajoy y Co. todos vamos a ver lo que vale un peine. Creo incluso que, por muy desastrosa que haya sido hasta ahora la gestión de ZP, pensaremos con alguna benevolencia en él, sobre todo cuando empiecen los recortes de verdad.

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