martes, 21 de diciembre de 2010

Tema de hoy: Nueva Ortografía


Aparece la nueva Ortografía de la Real Academia Española (RAE), con cambios sustanciales, entre los que destacan las palabras acentuadas que en el futuro no han de llevar tilde (típico ejemplo “sólo”, adverbio solamente y “solo” adjetivo (solitario, sin compañía). En el futuro podrá prescindirse del acento de sólo, con lo cual se pierde la diferencia entre el adverbio y el adjetivo.

Parece ser que la RAE está promocionando un español para analfabetos: “Adecúa en vez de adecua, evacúa en vez de evacua, etc. Es como si los eruditísimos académicos de la RAE estuviesen complaciendo al analfabeto funcional y Premio Nobel (correcto, acentuado en la e, por ser un nombre sueco de origen francés). Gabriel García Márquez, hace ya un tiempo pedía en la prensa que se cambiase la ortografía española, suprimiendo, por ejemplo la h. El propio García Márquez confesó en sus memorias que nunca había sabido ortografía española. Que sus artículos y libros eran corregidos en las redacciones o las editoriales.

¡Qué afán el de los académicos de todas las academias hispanas el de uniformar el español! La riqueza de una lengua, y más mundial, no se mide por sus afinidades, sino por sus variantes. ¡Ya está bien el recordarnos continuamente que el español lo hablan como lengua materna unos 500 millones de personas! Sólo conduce al galimatías el querer unificar el español. También en España se habla el español en diferentes versiones, entre ellas la manchega y la andaluza.

Los ingleses y los norteamericanos hablan la misma lengua, pero no unificada ni en la ortografía ni en la pronunciación. No por eso se ha perdido la hermandad entre las dos variantes del inglés. Cuando un inglés viaja a EE UU tiene sus problemas con su forma de hablar y con las palabras que usa, que parecen cómicas a los norteamericanos sin cultura lingüística. Lo mismo le ocurre a un estadounidense que viaje a Inglaterra .

Sólo los analfabetos lingüísticos españoles y sudamericanos ignoran el hecho de que lo mismo que en España, también en Hispanoamérica se hablan “diversas lenguas castellanas” y que lo que tiene uno que hacer es no es gastar mucho tiempo y dinero en mutilar el castellano, sino tener la paciencia y la curiosidad de aprender la variante castellana en cuestión y, en muchas ocasiones, enriquecer el propio vocabulario. Es lo que hacen los inmigrantes latinoamericanos que viven en España.

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