martes, 25 de enero de 2011

Nuestra lengua: "Fabulista"


“Fabulista”. = Del latín “fabulare” (relatar, inventar historias). - 1. Alguien que se inventa historias fantásticas y colosales embustes que, a veces, él mismo da por ciertos. 2. Escritor que se dedica a la creación de historias mitológicas o fábulas literarias. La fábula es un relato corto y ameno, en prosa o en verso, cuyos protagonistas suelen ser animales. De la fábula siempre se desprende una enseñanza de tipo moral, la llamada “moraleja”. Los fabulistas más famosos fueron: Esopo, Fedro, La Fontaine y el español Samaniego. Esopo, un esclavo deforme, de gran inteligencia y originario de Asia Menor, vivió en Grecia unos seis siglos antes de Cristo. Sus fábulas nunca se escribieron y fueron transmitidas oralmente de generación en generación (dice la leyenda que fue Sócrates quien tuvo la paciencia de escribirlas en griego culto y darles forma de verso) y sirvieron de base a los posteriores fabulistas para la mayor parte de sus trabajos, sobre todo a un tal Babrio, un griego copión de mucho cuidado, que vivió unos tres siglos más tarde. Fedro, un poeta romano las tradujo al latín, las completó y las reescribió en verso allá por el siglo I a.C.- Las versiones que nos son más familiares son las del poeta francés del siglo XVII Jean de La Fontaine, así como Félix María Samaniego (1745 – 1801) y Tomás de Iriarte (1750 -1791) que nos han legado fábulas tan adorables como “El gato y la zorra”, “El cuervo y el zorro”, “El lobo y el cordero”, “La cigarra y la hormiga”, “La gallina de los huevos de oro” o “La lechera”, todas ellas de un alto contenido didáctico-ético.

“Unir lo bello a lo útil“. = Se dice de algo (objeto, edificio, libro, etc.) que, por su particular concepción o diseño, además de ser hermoso tiene una utilidad práctica. También se emplea cuando, en el campo de la literatura, nos referimos a las fábulas, que conjugan la belleza y el ingenio de sus textos con su espíritu didáctico.

“Echársele a alguien los años encima”. = Envejecer en poco tiempo.

“Un muerto de hambre”. = Un desgraciado, un desdichado, una pobre persona.

“Más perdido que un ratón en una fragua”. = Totalmente fuera de lugar. Desorientado.

“En un periquete”. = En muy poco tiempo. En un santiamén.

“Remontarse a la noche de los tiempos”. = Ser muy antiguo.

“Tener un trancazo”, = Tener un fuerte enfriamiento.

“Hacer un frío negro”. = Hacer mucho frío. “Hacer un frío que pela”.

“Estar hecho un jabato”. = 1.- Fuerte y lleno de energía. 2.- “Ser un jabato”: ser valiente. El jabato es la cría del jabalí.

“Enrevesado”. = Muy complicado. Difícil, intrincado.

“Echarle a uno los perros”. = Acosar, hostigar a alguien.

“Lucirle a uno el pelo”. = Expresión que se utiliza en sentido irónico cuando sale algo mal (¡Nos ha lucido el pelo!). Hace alusión al pelaje de los animales que tiene que estar brillante para indicar que están bien nutridos y gozan de buena salud.

“¡Te va a lucir el pelo!”. = ¡Te la vas a cargar!

“Echar chispas”. = Estar muy enojado, estar furioso.

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