lunes, 28 de febrero de 2011

Nuestra lengua: "Tirar piedras a su propio tejado"

“Tirar piedras a su propio tejado”. = 1.- Perjudicarse a sí mismo. 2.- Cuando alguien afea o critica en público, por nimiedades, el trabajo de sus familiares o de íntimos amigos.

“Con que…” = Así que… “Con que ayer no tenías tiempo y te vieron paseando”.

“Se le va a caer el pelo”. = Sufrirá un severo castigo (por alguna falta cometida).

“Bocazas”. = Fanfarrón.

“Dar matarile”. = Matar.

“Chupinazo”. = Es el cohete que se lanza para iniciar una fiesta sonada (por ejemplo, los Sanfermines). También: Fuerte patada al balón.

“Ser un vaina”: = Ser una persona despreciable. También: ser un inútil, un insustancial.

¡Qué vaina! = ¡Qué estupidez! ¡Qué latazo! ¡Qué contrariedad! (Hispanoamérica)

“Ser un negado”. = Ser torpe para algo (música, bricolage). También: ser un vago, un inútil.

“¡Hazme aire!” = Se dice después de escuchar un disparate.

“Dar el soplo”. = (A la policía): denunciar, chivarse.

“Darse autobombo”. = Elogiarse a sí mismo.

“Tirarse (uno mismo) de los pelos” = Enfadarse mucho con uno mismo por haber cometido un error.

“Sin rechistar”. = Sin decir ni una palabra. Sin decir mú.

“Cerrarse en banda”. = Oponerse enérgicamente.

“A veces, la confianza da asco”. = 1.- Cuando alguien se toma la confianza sin que nadie se la haya ofrecido. 2.- Cuando alguien abusando de una supuesta confianza nos dice cosas desagradables (por ejemplo, de personas conocidas o incluso de amigos). 3.-Cuando alguien presume de ser íntimo amigo nuestro, cuando apenas le conocemos.

sábado, 26 de febrero de 2011

Tema de hoy: Miedo y ansiedad



Son dos conceptos entrelazados, con matices muy finos, que, estudiados profundamente, establecen algunas importantes diferencias para el (la) psiquiatra y el (la) psicólogo. Algunos tratadistas distinguen entre miedo y ansiedad, apuntando que se siente miedo racional ante un peligro concreto: viajar en un avión averiado, verse confrontado con un león escapado de un circo, y, mucho más corriente, encontrarse con el jefe después de haber suministrado un trabajo defectuoso. Miedo y ansiedad (también existe el temor, más suave y anticipatorio) tienen la misma etiología: ante un peligro (real o supuesto), el cerebro cursa una orden a una glándula renal, que inyecta en la sangre una cantidad de adrenalina, que varía según la “importancia” del peligro. La adrenalina nos impulsa a diversas reacciones, siendo los más corrientes el impulso a huir o el de hacer frente al peligro. Pasado el peligro, la adrenalina recupera su nivel normal. En la ansiedad, que suele ser irracional, aunque está entremezclada con el miedo racional, los efectos son persistentes e incluso, según el grado de estrés, pueden escalar a una situación de pánico, con síntomas psicosomáticos (sofocos, taquicardia, mareos, sensación de perder el sentido, sudoración, etc.).

El miedo es un importante motor en nuestra vida, aunque seamos valientes. Sin el miedo, muchos caerían en peligros reales. El miedo está en la base de las relaciones humanas y sin la existencia del miedo no sería posible la disciplina, no sólo en la vida civil, sino en la militar. El miedo a quedarse solo cohesiona a la pareja, y aunque parezca bizantino, el miedo hace posible la existencia de la sociedad. El miedo es un factor tan importante en la vida humana, que todas las religiones lo utilizan y fomentan para conservar a sus fieles, que tienen miedo a la perdición, a no alcanzar el cielo, la gloria, la vida eterna. En personas sensibles, este miedo puede también convertirse en ansiedad y en diversas patologías psíquicas. Los católicos tienen la institución de la confesión. En tiempos ya afortunadamente pasados, el sacerdote sustituía al psiquiatra o al psicólogo – que tampoco estaban tan bien preparados como en nuestros días. En la mayoría de los casos sin malévola intención, el sacerdote con sus equivocados consejos o reprimendas espirituales, angustiaba todavía más a la persona que se confesaba, que, en algunos casos, llegaba incluso por mor de su fe a quitarse la vida.

Nuestra lengua: "Al mejor galgo ...."


“Al mejor galgo se le escapa la liebre”. = Todos podemos cometer alguna vez un error. Similar: Al mejor escribano se le escapa un borrón.

“Tener la negra”. = Salirle a uno todo mal; tener mala suerte, tener la rarra.

“No hay tu tía”. = No hay nada que hacer. El tutía era un ungüento que se utilizaba en el siglo XIX para curar ciertas afecciones oculares. La palabra “tutía”se deformó más tarde en “tu tía”.

“¡Parece que le han dado cuerda!” = Se dice cuando alguien no parar de hablar.

“Ser un cabronías”. = (fam.) Se utiliza para referirse a una persona que suele mostrar con sus allegados un comportamiento que deja bastante que desear.

“Mandar al otro mundo”. = Matar a alguien.

“El último, que apague la luz”. = Todo ha terminado. Ya no se puede hacer nada más.

“Cuando uno no quiere, dos no pueden”. = Es imposible pelear si uno no quiere.

“Por la plata baila el perro”. = Se dice cuando alguien sólo se mueve por interés. Similar: “Por la plata baila el mono”.

“Quedarse sin blanca”. = Quedarse sin dinero (“sin un duro”).

“Ser el último orejón del tarro”. = Ser el último mono, a quien nadie hace caso.

“Venir de perilla(s)”. = Venir muy bien. Llegar oportunamente. Similar: “venir de perlas”.

“Ser un diamante en bruto”. = Se dice cuando alguien tiene mucho talento para algo (cantar, bailar, actuar) o una inteligencia natural, pero a quien queda todavía mucho por aprender.

Tener tupé. = Galicismo (“avoir du toupet”): Tener aplomo, audacia; ser osado, atrevido.

“Caiga quien caiga”. = Sin reparos, sin ninguna consideración, sin pararse en barras.

Pincelada: El patito feo

“Sentirse patito feo“. = Estar acomplejado y verse a sí mismo como alguien carente de atractivo. También: tener la sensación de no sentirse aceptado por las personas de su entorno. El patito feo es un cuento del escritor y poeta danés, Hans Christian Andersen (1805 – 1875). Esta deliciosa historia va mucho más allá que un simple relato para niños. Trata de la importancia que muchos le dan al aspecto exterior (sin tener en cuenta otros valores más importantes) y de que los menos agraciados tienen la percepción de que no se les quiere, de que no se les acepta, lo que les conduce a la automarginación. El patito feo sale de un huevo que ha incubado mamá pata, pero no se parece en nada a sus hermanitos, todos tan lindos y amorosos, con su suave pelusilla. Él, sin embargo, es gris y desgalichado, por lo que todos se burlan de él. Nuestro patito se escapa lejos de la maldad y de los escarnios de los demás habitantes del corral. Está triste y se esconde en los matorrales huyendo del desdén de los demás. Hasta que un día, pasado el frío invierno, al meterse en el lago para nadar ve su imagen reflejada en el agua y no puede dar crédito a sus ojos: se ha convertido en un joven y bello cisne blanco que, a partir de ese momento, será admirado por todos por su elegancia y donaire.
El patito feo es una parábola sobre la crueldad de la gente, sobre lo terrible que puede ser la vida del que se siente despreciado por ser distinto de los demás. El “ser distinto” lo podríamos aplicar no sólo al físico sino también al color de la piel, a la forma de hablar, a alguna minusvalía. Por eso, la moraleja del “patito feo” cobra hoy una importancia que no tenía cuando Hans Christian Andersen escribió el cuento y es de una apabullante modernidad. La importancia de la belleza física en la sociedad actual y el culto al cuerpo son fenómenos con los que nos vemos confrontados día a día cuando abrimos las páginas de una revista o sintonizamos algún programa de televisión. Vivimos en una época en la que la belleza lo es todo, o al menos eso es lo que nos intenta hacer creer la publicidad cuando nos muestra señoras y señores con cuerpos diez, sin tener en cuenta el daño que pueden causar a la mayoría de chicas y chicos “del montón”. El culto al cuerpo se ha convertido en un rasgo característico de nuestra sociedad de consumo y para conseguir el “look” perfecto muchas jóvenes están dispuestas a ponerse en manos de un cirujano y cambiar a base de bisturí lo que la naturaleza no les concedió: una nariz respingona, unos senos tres tallas más grandes o unos labios como los de Penélope Cruz. No se dan cuenta de que la belleza tiene que emanar del interior, de la armonía entre cuerpo y espíritu. Por muchas operaciones a las que se sometan esas chicas, de poco les servirán si la imagen que tienen de sí mismas sólo se basa en su aspecto exterior. Se olvidan de que un patito feo puede llegar a parecer un cisne a los ojos de los demás si éste tiene buen corazón, si su conversación es culta y amena, si irradia seguridad en sí mismo. Todos podemos ser patitos feos y sólo nuestra propia autoestima será capaz de poner las cosas en su sitio.

viernes, 25 de febrero de 2011

Tema de hoy: Publicidad

Seamos sinceros. ¿No echamos a veces de menos los bloques publicitarios en la televisión pública? Sobre todo si aparece una urgencia inaplazable y la película está en lo más interesante. Pero ahora, en serio. La decisión de no emitir más publicidad por la 1 y la 2 fue, en mi opinión, acertada. Por fin poder ver películas, documentales, reportajes sin las enojosas interrupciones, cada quince minutos y por un espacio que dicen que es de diez minutos, pero a mí se me antojan veinte. Según criticó hace ya tiempo la Unión Europea, España era el país europeo con más publicidad en la televisión.

En Alemania sólo se hinchan a poner publicidad, de manera desvergonzada y molesta, las televisiones públicas. Como corresponde a la globalización, los contenidos de los anuncios suelen ser los mismos en cada país. En Alemania, las públicas tienen asignados unos pequeños espacios durante el día y en la tarde noche no hay anuncios, pero los alemanes tienen que pagar un canon para oír la radio y ver la televisión. ¿Quién en España estaría dispuesto a pagar otro impuesto más?

Reconozco que en nuestro país hay anuncios muy atractivos, con mucho arte, por ejemplo el del café, George y “Dios”. Pero hallo la mayoría absurdos (los de los automóviles, por ejemplo), otros obscenos (los de vibradores y extensores) y otros que parecen una burla de la pobreza en el mundo. Por estas latitudes estamos obsesionados por el detergente que lava más blanco, por el que limpia mejor, por el que hace desaparecer las manchas. No tenemos que viajar a Africa para ver a una mujer lavar la ropa con tosco jabón y frotándola sobre una roca lisa. Recordemos nuestra niñez y cómo fregaban entonces las “chachas” los suelos o cómo lavaban la ropa. Eso quien podía permitirse el lujo de tener “una criada”.

Los anuncios que nunca se me olvidarán los emitían por entonces las radios. De todos se me han quedado tres: “La canción del Cola-Cao”, el del fantasma barbudo (anunciaba una hoja de afeitar” y el del detergente “Okal”.

En cuanto nuestra televisión: En muchos casos hay que aplaudir. Los fines de semana son la mejor programación que nos queda si no queremos ver telebasura.

Nuestra lengua: "Música celestial"

“Sonar a música celestial”. = Falsas promesas para las que se emplean palabras ampulosas, pero engañosas y hueras. “La publicidad televisiva sobre la emisión de pagarés por parte de Nueva Rumasa me suena a música celestial”.

“Ser ave nocturna”. = Ser noctámbulo, acostarse tarde

“Esto son las cuentas del Gran Capitán”. = Se dice cuando el gasto que se intenta justificar es totalmente desorbitado y fuera de toda lógica.

“Estar cortados por el mismo patrón”. = Ser iguales, idénticos, calcados (tanto en los defectos como en las virtudes). Similar: “Estar cortados por la misma tijera”.

“Orgullo malentendido”. = Orgullo que se muestra en situaciones que no lo justifican y que tiene mucho de soberbia.

“Abrirle los ojos a alguien (sobre alguien o algo). = Hacer ver a alguien la falsedad de otra(s) persona(s) o el poco valor de algo.

“En un abrir y cerrar de ojos”. = En un instante. En un pis-pas.

“Ser más corto que las mangas de un chaleco”. = No ser muy espabilado. También se usa algunas veces en el sentido de “ser vergonzoso” e incluso “pusilánime”.

“El miedo es libre”. = Cada uno siente miedo alguna vez

“Tontolaba”. = “Tonto del haba”. En los roscones de reyes el panadero pone un haba y una figurita. Al que le toca la figurita le ponen la corona de rey, mientras que al que saca el haba le toca pagar el roscón. Es “el tonto del haba”.

“Aquí cuando no truena, relampaguea”. = Aquí se arma siempre algún tipo de follón.

“Salir por piernas”.= Huir, escapar. Similar = “Poner pies en polvorosa”.

“Ser un manguta”. = “Tío muy grande, tipo armario ropero (por ejemplo un portero de discoteca). En Andalucía: ladrón.

Pincelada: Ser un vampiro

Ser un vampiro. = (fig.) Esta denominación empleada para describir a una persona abyecta que se enriquece a base de aprovecharse de la necesidad de los demás (o sea el malvado y odiado usurero) tiene su origen en el mito del vampiro chupasangre conocido en todas las culturas desde tiempos inmemoriales. En realidad, el vampiro es el nombre popular que se le da al murciélago, un volador más bien repugnante que se alimenta de la sangre de otros animales. La procedencia de la palabra no es del todo clara, aunque parece que procede de algún idioma eslavo. Se la relaciona con el vocablo búlgaro “Vapir” que procede de un dialecto macedonio y significa “ser alado”. En efecto, la figura del vampiro y la presunción de su existencia está anclada en muchas de las sagas del sureste europeo, abarcando incluso algunos lugares de Grecia. En esas leyendas se habla de no-muertos que duermen de día y reviven por la noche. Están provistos de largos colmillos que hincan en el cuello de sus víctimas ocasionándoles dos profundos orificios en la zona yugular, a través de los cuales chupan la sangre de sus víctimas (que al cabo de un cierto tiempo se convierten también en vampiros). La única forma de defenderse contra ellos serían el ajo, el agua bendita y los crucifijos. Y para deshacerse de él, el único método sería clavarle una estaca en el corazón. Apoyándose en esos mitos, el escritor Bram Stoker creó en 1897 la figura del conde Drácula, en quien siempre tenemos que pensar cuando se toca el tema de los vampiros. Stoker se inspiró en una figura real, el duque rumano Vlad III (Draculea), más conocido como Vlad el Empalador, que acostumbraba a empalar a sus enemigos y recoger su sangre en cuencos para después beberla. Tres décadas más tarde, Drácula se haría efectivamente inmortal gracias al cine. Numerosos actores han encarnado el papel del conde-murciélago desde los inicios del cinematógrafo. Bella Lugosi fue uno de ellos, pero sin duda el mejor intérprete de este siniestro ser legendario ha sido el británico Christopher Lee, quien llegó a ser identificado con la maligna criatura.

jueves, 24 de febrero de 2011

Tema de hoy: Presuntos implicados

Un vocablo que ha hecho carrera en nuestra lengua es “presunto“. Suele emplearse cuando se trata de hechos delictivos. Un atracador que acaba de robar la caja de un establecimiento bajo la mirada de numerosos testigos, no es un atracador, sino “un presunto atracador”. La máxima de “in dubio pro reo” (en caso de duda, a favor del acusado) está siendo aplicada por los medios de comunicación hasta extremos ridículos. Si una persona mata a otra (una mujer) en presencia de varios testigos, los medios escribirán “el presunto homicida”. Está claro que a un homicida sólo puede calificársele de “asesino” (no “presunto asesino”) si ha sido juzgado y condenado por su acción. Pero antes de que eso suceda es necesario que el juez haya dictado la correspondiente sentencia. Puede ser que la defensa y los forenses coincidan en que el “presunto” homicida no estaba en posesión de sus facultades mentales: un súbito brote de locura, la incidencia del alcohol y las drogas en el momento de cometer la acción y otras circunstancias (eximentes) atenuantes pueden cambiar la sentencia en el sentido de que el homicida no vaya a la cárcel, sino que sea recluido en un centro psiquiátrico cerrado, lo cual suele ocurrir, especialmente, cuando el condenado es joven y existe la esperanza de una curación y reinserción en la sociedad.

Presuntamente, la opinión pública aún no haya digerido la idea de que un “presunto autor” de un “presunto” asesinato, vaya a cambiar jamás en la vida y por eso espera las máximas penas contra los “presuntos” homicidas, que ahora serían “presuntos acusados” y, finalmente, “presuntos sentenciados”.

Entre tanto “presunto” no debemos olvidar el escandaloso número de mujeres muertas a manos de sus parejas. En lo que va de año, en España ya van más de setenta. ¿No habrían de revisarse las medidas de protección a las mujeres amenazadas? Visto lo visto, no parecen muy efectivas.

Nuestra lengua: "Zorro que duerme....."

“Zorro que duerme, no caza gallinas”. = Hay que estar siempre atentos para no perder ninguna oportunidad.

“Poner tierra de por medio“. = Alejarse de alguien o algo, huir.

“El uso hace diestro y la destreza, maestro”. = A base de práctica se aprende, pero sólo el dominio del oficio nos llevará a la maestría.

“Amor y celos: hermanos gemelos”. = El amor suele ir aparejado con los celos (aunque éstos no sean precisamente la mejor compañía pues suelen ser producto de la desconfianza).

“El último mono es el que se ahoga”. = Los más débiles son los que tienen que apencar con las consecuencias.

“La virtud está en el término medio”. = En todo lo que se hace, hay que saber encontrar la justa medida (lo que supone un auténtico desafío).

“Algo es algo, dijo un calvo”. = Vale más algo que nada.

“Se parecen como un huevo a una castaña”. = No tienen absolutamente ningún parecido.

“Sanseacabó”. = Expresión coloquial que significa que algo se da por acabado o sencillamente, que algo ha concluido.

“Sin dar un palo al agua”. = Sin hacer absolutamente nada. “Se hizo millonario sin dar un palo al agua”.

“Pasar página”. = Dar un asunto por concluido y pasar a otra cosa.

“Yo que tú”. = Yo en tu lugar.

“Encima de la leche nada eches, debajo aunque sean cascajos”. = Viejo consejo castellano que nos advierte que no es adecuado para el estómago tomar nada después de haber bebido leche. Cascajos son fragmentos de piedras o de tejas.

“Filosofía barata”. = Pseudo filosofía. Filosofía de quienes quieren pasar por cultos.

“Señora, que el niño llora”. = Forma irónica de hacer callar a una mujer un tanto creída y pesada.

Pincelada: El cristal con que se mira

“Todo es según el color del cristal con que se mira”. La frase completa reza: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira” y es extraída de la obra “Doloras y Humoradas” de Ramón de Campoamor (1817 – 1901), poeta, filósofo, político y Académico de la Lengua. Aunque sus principios fueron como poeta romántico, pronto se decantó por el llamado “realismo literario español”. Su verdadera vocación fue la filosofía, fuente de no pocos de sus problemas con los poderes establecidos porque, según ellos, sus opiniones eran “contrarias, falsas, inmorales, ofensivas e injuriosas a la doctrina y religión católicas y a sus santas instituciones”. La frase que encabeza nuestra pincelada de hoy da pie a un cúmulo de elucubraciones de carácter más o menos filosófico sobre la visión objetiva y subjetiva de la realidad. Estamos hablando de la perspectiva tan distinta que podemos tener las personas de una misma cosa y que tienen mucho que ver con la personalidad de cada individuo y con su carácter y peculiaridades. En ese contexto, en uno de esos foros de Internet donde el ripio está a la orden del día, aparecen los versos de un autor anónimo parafraseando la cita de Ramón de Campoamor, que se ajustan bastante al tema que nos ocupa: "La verdad es realidad, y también la mentira existe, y aparenta ser verdad, si con sus ropas se viste”. Según Kant, “la verdad es la perspectiva del entendimiento divino”, con lo que venía a decir que ningún ser humano, por mucho que se esfuerce, será jamás capaz de llegar al entendimiento total de la verdad. La verdad tiene muchas caras y nosotros nunca llegaremos a conocer todas sus facetas. Según sea el filtro que usemos (nuestro estado de ánimo, nuestro carácter, nuestros miedos), veremos el vaso medio lleno o medio vacío y esa será nuestra verdad, pero sólo la nuestra. Nunca hay que aferrarse a certezas, pero ¿cómo saber dónde empieza y dónde termina la verdad? Nuestra perspectiva de las cosas es la que nos hace verlas de una manera o de otra. Con ella sucede como con el destello de la luz que, cuando se refleja a través de un prisma, se descompone formando un haz de colores. Este fenómeno, siendo real, nadie lo percibe de la misma manera. Y se puede decir que lo mismo ocurre con la verdad.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Tema de hoy: Aseos

Si en algo hemos conseguido desde hace tiempo la unión europea, es en los aseos o servicios en las autovías y autopistas. En las estaciones de ferrocarril, si hay suerte podemos encontrar servicios de pago, que relucen como el sol y huelen a agradables ambientadores. ¿No podríamos conseguir esto gratis si a “la hora de la pujante verdad” fuésemos un poco más pulcros y dejásemos el lugar como a nosotros nos gustaría encontrarlo? Pero ahí está el problema: a nuestro antecesor le importan tres cominos cómo hallar el lugar de sus apremiantes urgencias.

Hace tiempo escribí un artículo sobre el estado de los servicios en Alemania, Francia y España. Por todas partes el mismo desolador, por no decir asqueroso, panorama. El papel higiénico desenrollado y tirado por el suelo. Tuve que recurrir a un Kleenex de los que siempre llevo conmigo. No había tablilla para sentarse en el inodoro. Había que hacerlo directamente en la taza del váter, cosa a la que me niego rotundamente. Por supuesto, tampoco había cerrojo en la puerta, lo cual me obligaba a hacer equilibrios para mantenerla cerrada con el pie. Mis antecesores parecían ser de piñón fijo. Ninguno tiró de la cadena o activó el pulsador de la cisterna. Quizá querían perpetuarse así para la Historia. Tengo la sospecha de que esos individuos son los mismos que nunca ponen el intermitente para indicar a los conductores de atrás si quieren torcer a la derecha o a la izquierda.

Una cosa que llama la atención son las inscripciones y letreros pornográficos que cubren las paredes y puertas del “aseo”. Sería interesante hacer una recopilación de todo ese material gráfico, perteneciente a la cultura europea, para hacer un libro. He de decir que los mejores son los alemanes y los españoles. ¿Quién sería el candidato español a premio Nobel que escribió en la puerta de un servicio en Figueras?:

En este lugar sagrado,
Donde caga tanta gente,
Hace fuerzas el más cagado
Y se caga el más valiente.

Según me han comunicado mis espías femeninas, la situación no es mejor en los aseos para las mujeres. Me temo que aquí haría falta mucha labor docente en educación ciudadana a nivel europeo.

Nuestra lengua: "Lo que la natura non da....."


“Lo que la natura non da, Salamanca non presta“. = Salamanca no confiere lo que la inteligencia no da más de sí”. En la Edad Media Salamanca tenía la Universidad más prestigiosa del mundo occidental.

“He echado callo”. = Curtirse en un oficio (o profesión).

“Aguachirri”. = Café aguado, de mala calidad.

“Punto en boca”. = Calla la boca. Mantenerse callado.

“Ser espadachín de causas perdidas”. = Ser un idealista (que sigue luchando por lo que ya está perdido).

“Pensar en la importancia del hoyito del picarón. = Estar en Babia, pensar en las musarañas. “Picaron” es un bollo peruano con un hoyito en medio. Se come de postre.

“Comer la sopa boba”. Comer sin pagar nada; comer de gorra.

“Menos verbo y al grano”. = Menos palabrerío y hablemos de lo que importa.

“Alma de cántaro”. = Ingenuo, simple.

“Triquiñuelas” = Trucos (a veces también: malas artes).

“Atorado”. = Atascado.

“Gustarle a alguien la gresca”. = Ser camorrista. Buscar bronca.

“Chiquiparque”. = Parque infantil.

“Sentar como un guante”. = Sentar muy bien.

“Estar más suave que un guante”. = Estar dócil, sumiso.

“Colgar los guantes. = (Boxeador): dejar el boxeo.

Pincelada: Más bueno que el pan

“Ser más bueno que el pan”. = Dícese de la persona que es muy bondadosa y tiene muy buenos sentimientos. Alude al buen sabor del pan e, implícitamente, a que se le considera desde tiempos remotos como “el alimento” por excelencia.
La historia del pan data del Neolítico y, desde entonces, ha sido el alimento básico de la humanidad. Probablemente, los primeros panes estarían hechos con granos machacados de alguna hierba silvestre o de bellotas. Los arqueólogos encontraron restos de pan ácimo (sin levadura) que datan del año 3530 a.C. en las excavaciones de una zona de poblados palafíticos cercana a Twann, localidad suiza en la ribera del lago Bienna. Las viviendas palafíticas son construcciones prehistóricas sobre el agua, sustentadas por postes de madera. También se las conoce como “moradas lacustres". Según los arqueólogos, los antiguos pobladores palafíticos, cocían ya por aquel entonces ese predecesor de nuestro pan colocando las tortitas encima de piedras calientes y cubriéndolas con ceniza. También hay constancia de que los habitantes del Antiguo Egipto hacían pan desde tiempos inmemoriales y, al parecer, fueron también ellos los primeros en utilizar la masa fermentada para su elaboración. Los egipcios fueron asimismo pioneros en la utilización de hornos de pan como fuente de calor para su cocción y este alimento adquirió tal importancia que llegó a utilizarse como moneda de cambio. A través de Egipto el pan llegó a Roma, donde se generalizó el cultivo del trigo y se construyeron los primeros hornos públicos. El pan se convirtió en un elemento imprescindible en los menús patricios para acompañar los guisos de carne o de pescado. Los plebeyos, sin embargo, preferían utilizar la harina para cocinarse unas gachas que les daban más sensación de saciedad.
En contra de la creencia popular, no fueron los romanos los que introdujeron el arte de elaborar el pan en nuestro país. Cierto es que, por aquel entonces, Hispania era conocida como "el granero de Roma", ya que el trigo de esta provincia romana tenía fama de ser el mejor del Imperio, pero en la página de Internet de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía (AVERROES) se puede leer que el pan: “es introducido en España por los celtíberos en el siglo III a.C., por lo que ya se conocía cuando llegaron los romanos a la península”. Con la desmembración del Imperio Romano, cesaron las exportaciones de trigo por parte de las provincias dedicadas a su cultivo, lo que provocó un desabastecimiento general. Como consecuencia, el pan blanco comenzó a escasear y se convirtió en una “delicatesse” sólo al alcance de las clases más privilegiadas. En la España postromana, el cultivo de cereales era suficiente para el consumo interior. Como el pan se había convertido en un alimento básico, en todos los hogares se amasaba pan. Cada casa tenía una marca distinta para distinguir un pan de otro, ya que éste se llevaba a cocer a un horno público y el panadero cobraba una tasa por introducirlos en el horno y vigilar su cocción. En la Edad Media, el pan era el alimento principal para la población pobre en toda Europa. Pero ésta se tenía que contentar con pan de centeno, de mijo, de salvado o de cebada., ya que el pan blanco continuaba siendo un “manjar de ricos”. Y esto no cambió durante muchos siglos. En años de malas cosechas, los panaderos se vieron incluso obligados a mezclar la harina con otros ingredientes como castañas, bellotas, raíces e incluso serrín para poder alimentar a la población. En nuestra no tan lejana posguerra, “el buen pan” (pan blanco) se vendía en el “mercado negro” y eran muy pocos los que podían permitirse el lujo de servirlo en sus magras comidas. Por aquel entonces el pueblo llano, siempre tan ocurrente, cantaba por lo bajinis una coplilla: “Franco, Franco, nos prometiste pan blanco y nos lo das de serrín. ¿Cuándo volverá Negrín?” En los últimos años ha bajado bastante el consumo de pan en Europa occidental debido a la creencia de que el pan engorda. Esto no es totalmente cierto. Lo que en realidad engorda es la cantidad de pan que se come y lo que se le pone encima o lo acompaña: mantequilla, quesos y embutidos grasos, guisos hipercalóricos. Ya no cazamos ni trabajamos tan duramente como antes. Al habernos vuelto sedentarios quemamos también menos calorías, lo que hace que ganemos peso con más facilidad si no practicamos algún tipo de deporte. Pero la dietética moderna ha descubierto que las calorías son distintas según de qué clase de alimento procedan. Por ello, es conveniente incluir la fibra en nuestra alimentación y dejar a un lado las harinas blancas refinadas que no benefician nuestra dieta. Ese ha sido el motivo principal por el que también en nuestro país hayan proliferado en los últimos años otros tipos de panes que desde siempre se habían comido en el Norte de Europa: panes multicereales, de semillas, de soja, de trigo integral, de centeno, de fibras, etc. – Son panes más caros, ya que se elaboran artesanalmente a base de productos naturales, pero también más sanos para nuestro organismo. Vale la pena pues hacer un pequeño sacrificio económico en aras de nuestra salud y la de nuestra familia.

martes, 22 de febrero de 2011

Tema de hoy: El Botellón

De un tiempo a esta parte se ha extendido por España la costumbre juvenil llamada “El Botellón”. Consiste esta costumbre en convocarse mediante SMS en un lugar determinado (una plaza o una calle apropiada) para celebrar allí una monumental orgía a base de alcohol y drogas. Es inútil que los vecinos afectados protesten a las autoridades aduciendo que los jóvenes, con su juerga, no les dejan conciliar el sueño. Por la mañana, los vecinos se ven además confrontados con los “residuos” de la fiesta: vomitonas, meadas, vidrios de botellas rotas y algunos preservativos entre otras inmundicias.

Algunos confunden libertad con libertinaje. Esperemos que estos jóvenes, cuando lleguen a la madurez, hayan olvidado sus juergas juveniles. De ellos depende el futuro. Pero no son sólo los jóvenes españoles, también la juventud allende los Pirineos se comporta de similar manera. Los de mi generación observamos el fenómeno social con una mezcla de reprobación y envidia. Vivíamos bajo una dictadura política y religiosa (como en Irán) que no nos dejaba el menor resquicio de libertad. Un beso a la novia en la mejilla, por la calle, costaba ya una bronca y una multa por “perturbar el orden público”. Y además, estaban nuestros padres, que no nos dejaban pasar una. A las diez de la noche teníamos que estar en casa para cenar. Cuando oíamos por una radio el “tatarititi” corríamos como almas en pena a casa.

Al parecer, nadie se considera responsable contra el botellón. Los parlamentos autonómicos no se plantean prohibir esta costumbre. No quieren criminalizar a menores. La prohibición de vender alcohol a menores es ineficaz. Los jóvenes saben procurárselo por otros conductos, como las drogas. El botellón es un problema social y educativo que requiere otros medios en vez de .la comisaría. Los municipios tendrían que construir atractivos centros de juventud, donde los jóvenes puedan aprender por propia iniciativa y asistidos por adecuado personal docente, informática, cine, teatro moderno o música experimental. Pero no pocos jóvenes prefieren el botellón. Se sienten entre iguales, formando una piña. Si es imposible acabar con esta costumbre, ¿por qué no se les ceden las plazas de toros cuando estén vacías? En tal caso, convendría cerrar las puertas cuando los neogamberros estén ya dentro. Cuando acaben, por la mañana, tendrían que limpiar ellos las plazas. ¡Olé!

Nuestra lengua: "Jugar con dos barajas"

“Jugar con dos barajas”. = Llevar un doble juego. Similar: Jugar a dos bandas.

“Con pan y vino se anda el camino”. = Cuando se va a realizar una tarea hay que disponer de lo indispensable para poder llevarla a buen término.

“A escote nadie es caro”. = Porque no corre sólo uno con los gastos sino que se reparten.

“No hay que juzgar al libro por su portada”. = No hay que dejarse llevar por las apariencias (que pueden ser engañosas)

“Ir en pareja como la guardia civil”. = No ir nunca solo(a); ir siempre acompañado por otra persona. Similar: “A pares como los frailes”.

“A mí no me torea nadie” = A mi no me da nadie largas (no me provoca falsas esperanzas). A mi no me la pega nadie.

“A pan y cuchillo”. = Se dice cuando alguien vive o se instala en casa de otra persona o familia sin contribuir económicamente a su manutención.

“Más vale lápiz corto que memoria larga”. = Vale más tomar nota de las cosas que fiarse de la propia memoria.

“Crujir los huesos”. = Vas a recibir una factura que te va a hacer crujir los huesos. Te va a hacer pupa (daño).

“Me viene como agua de mayo” = Muy oportunamente.

“Ser más retorcido que el rabo de un cerdo” = No actuar sencillamente, no ser fácil de comprender. Tener pensamientos complicados y, en general, maliciosos.

“Hacer piña”. = Agruparse como un solo hombre (una sola mujer).

“Bolo”. = Actuación teatral o de canción ligera. “Irse de bolos”. = Ir de gira.

“Sacar al zángano de la colmena”. = Deshacerse de un inútil.

“Atarse los machos”. = Prepararse para una tarea ardua, difícil. La expresión es procedencia taurina. Los machos son las borlas que sujetan el calzón a las corvas. Atarlos es la última fase de vestir al torero.

“Tener una meona”. = Tener una niña.

Pincelada: Las botas de siete leguas

Calzarse las botas de siete leguas. = 1. Ponerse a correr velozmente para alcanzar pronto una meta. 2. Huir raudamente de un peligro para evitar males mayores. 3. (figurativo: fantasear): Dar rienda suelta a la imaginación para evadirse de la realidad (p.e. soñar despierto que se hace un viaje a países exóticos).
La expresión se basa en el cuento “Pulgarcito” del francés Charles Perrault (1628 – 1703). Perrault fue un personaje polifacético (escritor, funcionario real y miembro de la Academia Francesa) que vivió en la corte del rey Luis XIV. En su obra titulada “Historias y Cuentos del pasado con sus moralejas o Los cuentos de mamá Gansa" que publicó, ya jubilado, en 1697 hizo una recopilación de ocho de sus cuentos más famosos, entre los que también se encontraba “Pulgarcito”. Las historias de Perrault, tienen su origen en la tradición oral. Son relatos relativamente cortos para escuchar y disfrutar con toda la familia reunida alrededor de la chimenea. Sus personajes son figuras de fábula (hadas, ogros, brujas, princesas y príncipes encantados y animales que tienen el don de la palabra) y suelen tener un desenlace feliz.
En cuanto a Pulgarcito, el protagonista de esta narración se llama así porque era tan chiquitín que cuando nació tenía el tamaño del dedo pulgar. Pero todo lo que tenía de pequeño lo tenía de bueno y de listo, por lo que fue capaz de vencer todos los obstáculos que encontró en su camino (pobreza, hambre, abandono, ogros malos) para que así la historia llegase a un buen final. Pulgarcito, junto a sus hermanos, había sido abandonado por sus padres en el bosque en un momento de desesperación porque éstos, en un momento de hambruna general, no tenían ya nada que comer. Pero Pulgarcito, en lugar de perder la esperanza, se crece ante la adversidad y, después de muchas peripecias, consigue burlar al ogro glotón y despojarle de sus botas de siete leguas, que le llevarán a conseguir el favor del rey y a hacer fortuna (de la que, por supuesto, se beneficiarán también sus padres y hermanos). Los cuentos de Perrault tienen un común denominador: la moraleja final en la que se sugiere al lector o al oyente que el bien siempre vence a la maldad y que la bondad y la generosidad son los mejores medios para que uno alcance sus fines y consiga la felicidad.

lunes, 21 de febrero de 2011

Tema de hoy: El 23 F

El miércoles, 23 de febrero, se cumplen los 30 años de la intentona de golpe de estado sobre el que todavía planean secretos, misterios, suposiciones y elucubraciones para todos los gustos. Real era el malestar de los mandos militares franquistas con la joven democracia, a la que no querían someterse. Real, aunque fantasmagórica, fue la irrupción de guardias civiles en el Congreso al mando de un individuo llamado Tejero. Real fue la insubordinación del general Milans del Bosch, enviando en Valencia los tanques y la tropa en camiones militares a la calle, para tomar la ciudad en caso necesario, en nombre del Rey.

Para el 23-F. de este año, los medios preparan emisiones y reportajes especiales. Unos lo harán con la seriedad que requiere el evento y su dramática solución gracias a la Corona. Otros seguirán especulando con los secretos y los misterios de aquel evento que cortó por una noche-madrugada el resuello de casi toda España. Y por último, otros, los jóvenes periodistas, que por entonces eran niños, lo verán desde una perspectiva cómica, sobre todo la prensa y televisión facha.

No hay motivo para la guasa. En aquellas horas, en las que peligraron otra vez las vidas de muchos “rojos”, España, con un payaso vestido de guardia civil y un militar enloquecido en Valencia, se estaba jugando su futuro de paz y libertad. En cuanto a los secretos y elucubraciones ahí están los historiadores para investigarlos. También el 23-F pertenece a la memoria histórica.

Nuestra lengua: "La visita del médico"

“La visita del médico“. = Hola y adiós.

“Llevar mala planta”. = Tener mal aspecto. Desaliñado.

“¿Por qué me miras así? ¿Tengo monos en la cara”. = Se dice cuando uno nota muy observado su rostro. La respuesta con cierta insolencia: “No, porque tienes cara de mono”.

“Plancha”. = Metedura de pata.

“Tirarse un planchazo”. = Meter la pata; equivocarse y hacer el ridículo.

“Está planchado(a)”. = Muy cansado, molido.

“Le cambia la cara”. = Similar: “Tuerce el gesto”.

“Ser neofóbico”. = Tener miedo a las novedades.

“Dar la callada por respuesta”. = Si expresamos a alguien un deseo y éste calla podemos interpretarlo como que está de acuerdo. Afirmar, conceder, permitir tácitamente.

“Hacer acopio de algo”. = Reunir juntar, “atesorar”. Figurado: “Hacer acopio de valor”.

“La curiosidad mató al gato”. = Correr peligro de sufrir un perjuicio por ser curioso(a) y meterse en donde nadie le (la) llama.

“No estar por la labor”. = No estar dispuesto (a hacer algo).

¡Arrancar de cuajo”. = Arrancar desde la raíz. En sentido figurado: acabar con un problema tajantemente.

“Aguantar con lo que me echen”. = Apechugar con lo que venga.

“Quitarse el muerto (mochuelo) de encima”. = Liberarse de un peso injustificado.

“Menos plato, más zapatos”. = Menos comer y hacer más ejercicio físico para no engordar y mantenerse sano.

Pincelada: Marcas blancas

“Marca blanca”. = Una “marca blanca” es un producto sin marca conocida, lo que en los países anglosajones se conoce como artículo: “no name”, es decir “sin marca”. Normalmente, suelen ser fabricantes conocidos los que producen esos “genéricos” para sus clientes y lo hacen con la marca propia de la cadena de hipers o de supermercados que les compran la mercancía y la comercializan como marca de la casa. El fabricante cobra menos por sus productos, pero tiene así garantizada un importante volumen de negocio, sin mayores gastos para su empresa, en los numerosos puntos de venta del distribuidor. Con lo cual, todos contentos.
El nombre “marca blanca” tiene su origen en el envasado blanco, sin logotipos, con el que ese tipo de productos se distinguían de los demás cuando éstos hicieron su primera aparición, hace ya bastantes años, en las estanterías de las cadenas de distribución (grandes superficies, etc.). En un principio se trataba de productos de primera necesidad como arroz, pasta, galletas, leche, etc., pero, entretanto, se ha ampliado la gama a otro tipo de artículos como cosmética, droguería, papelería, cárnicos, etc.- Las “marcas blancas”, al no tener ningún gasto publicitario, tienen una excelente relación precio-calidad y el cliente, entretanto, ya se ha dado cuenta de que comprando una “marca blanca” se ahorra el enorme costo que origina todo el proceso de marketing de una primera marca y que aumenta considerablemente el precio de venta al público de cualquier artículo que se venda bajo la marca original. Por cierto, es fácil enterarse del nombre del fabricante de las “marcas blancas” consultando Internet.
Las “marcas blancas” tardaron en nuestro país un cierto tiempo en ganar la confianza del público. Sin embargo, en la actualidad España se ha convertido en el país europeo que más marcas blancas consume. En el pasado año, España, con una tasa de ventas del 32%, desplazó a Alemania del primer puesto en el ranking de ventas de “marcas blancas” en Europa. Probablemente haya jugado un gran papel la crisis económica que obliga al consumidor a mirar mucho más el euro que antes. De hecho, muchas familias sobreviven en estos difíciles tiempos gracias a este tipo de productos que les permiten llegar a fin de mes con algo menos de estrecheces. Así, el diario “El País” publicaba el 8 de octubre de 2010 bajo el título “Nos hemos hecho un máster en marcas blancas" - Tres parejas explican cómo hacen su día a día para salir adelante con sueldos bajos” un interesante artículo de Fernando Navarro sobre el tema. Seguro que este cambio en nuestros hábitos de consumo seguirá, aunque lleguemos a superar la crisis actual. En Alemania, por ejemplo, nadie se extraña de ver a elegantes damas ataviadas con un estupendo abrigo de visón comprando en supermercados populares, pero con un excelente surtido, como LIDL o ALDI.

sábado, 19 de febrero de 2011

Tema de hoy: El hombre es un animal político

¡Cuántas veces denostamos de la política y de los políticos! Es injusto. Vivimos en y de la política. Donde no hay política existe totalitarismo, que puede ser fascista o comunista. Ambos sistemas han fracasado estrepitosamente. Si usted posee olivares y contrata para la cosecha a españoles e inmigrantes, no les proporciona un alojamiento digno y les rebaja el salario, usted está haciendo política (antisocial) y sus trabajadores, que acudan a instituciones democráticas en busca de ayuda y de sus derechos laborales, también hacen política. ¿Cómo vamos a rechazar la política si nuestras vidas giran en torno a ella? Dijo el filósofo griego Aristóteles que “el hombre es un animal político”.

Está bien que critiquemos a los políticos malos o deficientes, pero es injusto rechazar a todos los políticos, sean del partido que sean, porque hacen política. Es lo suyo. Si su política es mala, ahí están los mecanismos democráticos para apartarlos del poder. Las urnas están para cambiar a los dirigentes dentro de la democracia y no, como afirman los fachas de todo el mundo, para romperlas. Han pasado los tiempos del caudillismo. La soberanía está en el pueblo. Y por un consenso democrático, si en unas elecciones sale ganador otro partido que el nuestro, todos estamos obligados a aceptar y respetar la voluntad de la mayoría, aunque en la práctica política también la mayoría ha de proteger a la minoría y sus derechos.

Es cierto que existe la corrupción no sólo en España. Los políticos más proclives a ser sobornados suelen ser los que ostentan los cargos más altos, debido a su mayor poder decisorio. Contra la corrupción es necesario que luchen juntos todos los partidos. Es fatal e inflige un grave daño a la democracia si cada partido se arroja a la cabeza las corruptelas del otro. Ninguna corrupción es tolerable, sea cual fuere el partido que la comete y en este sentido los partidos han de apoyar decididamente a la Justicia, caiga quien caiga. En la política están los partidos políticos, que canalizan la voluntad popular. Políticos son todos los que se dedican como profesión a la cosa pública. Solemos creer que políticos son solamente quienes vemos en el Congreso de los Diputados. Político es también quien trabaja en un partido, son los “fontaneros”, sin los cuales no funcionaría ni el Gobierno ni la Oposición. Se les llama “militantes de base”.

Quien proclama a los cuatro vientos que es apolítico, está, en primer lugar, dando un ejemplo de estulticia, y, en segundo lugar, demuestra ser un gorrón de la democracia, que tantos sacrificios ha costado conseguir y por la que hemos de luchar denodadamente para conservarla.

Nuestra lengua: "Otro cantar"

"Ese es otro cantar". = Eso es otra cosa. Similar: “Harina de otro costal”

“Mucho me temo que…”. = Tengo la (fundada) sospecha de que… “Mucho me temo que no va a venir”.

“Dichoso”. = Suele emplearse para designar lo contrario. Maldito, desgraciado: “Dichoso coche” (maldito coche). Dichoso tiempo” (maldito tiempo).

“No carburar”. = No regir bien. Estar chalado, faltar un tornillo.

“Pues sí que…. = ¡Qué contrariedad!” “¿En ésas estamos?

“¡Anda ya”. = Venga, venga, no me lo creo.

“Ni me va, ni me viene”. = No me atañe, no me importa.

“Esto no va a quedar así”. = Esto tendrá consecuencias.

“De padre y muy señor mío”. = Muy fuerte. Le sacudió una bofetada de padre y muy señor mío.

“No ha inventado la pólvora”. = No es una lumbrera.

“Llover a manta”. = Llover a cántaros.

“Vivir con el alma en un ay”. = Transido de dolor (o de pena).

“Es una ardilla”. = Ágil, veloz, muy listo(a).

“Ir como alma en pena”. = Muy triste, muy afligido.

“Ir como alma que lleva el diablo”. = Azogado, raudamente.

Pincelada: Pan y circo

“Pan y circo”, en latín: “Panis et circenses”. = Esta frase, muy peyorativa por lo que respecta a la opinión que pueden tener los gobernantes del pueblo, tiene su origen en la antigua Roma. Según las crónicas, ya en la época de Julio Cesar (100 – 44 a.C.) se repartía trigo para hacer pan entre los más pobres del Imperio que, por aquel entonces, podrían ser unas 200.000 personas. El poeta romano Juvenal la empleó ya en el siglo I en su obra “Sátira X” para describir cómo los emperadores romanos distraían al pueblo y le mantenían alejado de la política. Les llenaban un poco los estómagos en forma de trigo para hacer el pan y les daban la posibilidad de asistir a infames juegos y espectáculos en los llamados “circos” o “anfiteatros”. En ellos, la plebe daba rienda suelta a sus peores instintos mientras que se distraía y se abstraía de la realidad, de lo verdaderamente importante, que era lo que sucedía en Roma y allende de sus fronteras. Juvenal escribió en su día traducido al castellano lo siguiente: “Hace ya mucho, desde aquellos tiempos que no vendíamos nuestro voto a nadie, que abandonamos nuestros deberes: comandos militares, altos cargos civiles o legiones. Ahora todo se limita a dos cosas ansiosamente esperadas: pan y circo”. Como se sabe, en los circos o anfiteatros romanos tenían lugar representaciones cruentas en las que gladiadores o esclavos competían y se mataban entre sí o tenían que luchar contra leones y tigres hambrientos. También los primeros cristianos fueron arrojados a las fieras para que sirviesen de diversión al populacho. La expresión evolucionó al cabo de los años, aunque el tono despectivo de los gobernantes hacia el pueblo continuó siendo el mismo. En el siglo XIX lo que se decía era “pan y toros” para describir a ese terrible espectáculo que levanta pasiones. Con la “fiesta”, el pueblo no pensaba en sus propias miserias y se regocijaba con el triunfo del hombre sobre la bestia (o al revés). No es de extrañar pues que, a partir del siglo XVIII, los llamados “ilustrados” estuviesen en contra de las corridas de toros. Creían, no sin razón, que los toros contribuían a idiotizar al pueblo y a convertirle en material más maleables para los detentores del poder. La expresión “pan y circo” tuvo gran resonancia a principios del siglo XIX debido al párrafo final de un panfleto del poeta y satírico León de Arroyal, pero se hizo famosa gracias a la zarzuela del mismo nombre estrenada en 1864. En épocas más modernas, a partir de mediados del siglo pasado, en plena dictadura franquista, se parafraseó de nuevo el dicho que se convirtió en “pan y fútbol”. De esa manera, los pobres se entretenían con ese nuevo “opio del pueblo” que había sustituido a la religión y no pensaban en problemas sociales más acuciantes que hubiesen podido poner en peligro la hegemonía del régimen. Actualmente, después de más de 30 años de democracia, tenemos que lidiar con una nueva variante del “pan y…” para mantener a las masas en la inopia. Me refiero a la televisión y a sus múltiples “reality shows”, muchos de ellos obscenos física y moralmente y que apelan a las bajas pasiones de los telespectadores. Esa “pan y telebasura” potenciado por grupos multinacionales, a quienes sólo interesa el dinero que le proporcionan las altas cuotas de pantalla, es hoy por hoy uno de los peores enemigos que tiene nuestra sociedad. Nuestro sistema político no ha previsto los estragos que esos siniestros programas causan día a día en gran parte de nuestra juventud, desprovista de ideales, ávida de dinero fácil y de unos pocos minutos de fama. Si nadie pone coto a esos desmanes, un importante potencial de jóvenes españoles, por perseguir ese sueño del minuto de éxito, será incapaz de encontrar su lugar en la realidad de nuestro mundo laboral, cada vez más competitivo.

viernes, 18 de febrero de 2011

Tema de hoy: La RAE

¿Para que sirve la Real Academia Española? Es una pregunta que me vengo formulando desde hace ya años. Antes, la RAE era la institución que velaba por la pureza del castellano. Al parecer, ahora la RAE está para autorizar auténticas barbaridades que se cometen en España con nuestra lengua. Ya es imposible recobrar el auténtico sentido del adjetivo “álgido” (punto más frío), que se utiliza como “punto más caliente, más emocionante”. También está refrendado el vocablo “deleznable” como detestable, abominable, cuando en realidad significa “que se rompe fácilmente” y en sentido figurado: “de poco valor”.

Al parecer, la RAE tiene cosas más importantes que hacer que enviar a los directores de los medios un folleto que recoja las constantes infracciones de nuestro idioma, cometidas insistentemente por los periodistas, que se supone que han estudiado en una facultad de Ciencias de la Información. ¿A ver si son los catedráticos los que difunden el virus contra el castellano? En algún lugar han tenido que “aprender” los futuros periodistas que no se dice “detrás mía”, sino “detrás de mí”. Sabrán por sus profesores qué es un adverbio y que un adverbio no admite adjetivo. También en algún lugar han tenido que aprender nuestros informadores que el pretérito imperfecto de indicativo denota una acción en el pasado que aún no ha concluido en el presente o cuyo fin está condicionado por otra frase en el pasado: “La casa ardía, cuando llegaron los bomberos”. El uso del pretérito imperfecto en vez del indefinido es lícito, sin abusar, en la poesía y en la prosa literaria.

Por el contrario, el pretérito indefinido se utiliza cuando la acción en el pasado concluye definitivamente: “Ayer llovió mucho”. Es tan falso decir en este caso: “ayer llovía mucho” como “la guardia civil detenía a cuatro terroristas”. Lo correcto: “La guardia civil detuvo…”

Otro virus que está acabando con el complemento directo femenino: “la” es el leísmo: “Le vio” por “la vio”, etc. En castellano es una lengua muy exacta. Con tantos errores que leemos, vemos u oímos, el castellano va perdiendo su exactitud: “le vio” es un complemento directo masculino. Si empleamos “le” tratándose de una mujer, ¿cómo vamos a discernir si el complemento directo es masculino o femenino?

En fin, se podría escribir un tratado sobre el mal castellano que se está extendiendo como una mancha de aceite. ¿Qué hace la RAE? Para tan distinguida institución parece ser más urgente reformar la ortografía española para complacer a los sudamericanos, que son otro capítulo aparte. Que se lo pregunten si no al premio Nobel (se pronuncia Nobél) de Literatura, Gabriel García Márquez, que desde los comienzos de su actividad literaria está en pie de guerra con la ortografía castellana.

Pincelada: Ser majo

Ser majo(a). = Según la RAE: “1. Que gusta por su simpatía, belleza u otra cualidad. 2. Lindo, hermoso, vistoso. 3. Ataviado, compuesto, lujoso. 4. Dicho de una persona: Que en su porte, acciones y vestidos afecta un poco de libertad y guapeza, más propia de la gente ordinaria.” Este cuarto significado, que casa con el de un personaje típico del Madrid de los siglos XVIII y XIX, es el tema que hoy nos ocupa. Los majos y majas eran jóvenes madrileños del desaparecido barrio de Maravillas (hoy Malasaña) que hacían ostentación de unos modales y un lenguaje arrogante, afectado y chulesco. En las fiestas populares solían tirar la casa por la ventana y engalanarse con prendas elegantes y provocativas, que nuestro gran pintor Goya (1746 – 1828) inmortalizó en numerosos cuadros y dibujos y que desde entonces se conocen como “trajes goyescos”. La ropa de la “maja” era de seda y en colores vivos. Constaba de una falda corta y con vuelo, adornada de encajes. El corpiño era muy ajustado y llevaba medias blancas y escarpines negros. A veces se ponía una mantilla con peineta. El majo también vestía traje de seda de colores subidos, calzón corto y ajustado, chaquetilla estrecha y corta, camisa blanca con chorreras y faja de seda, montera (o sombrero de alas anchas) y una gran capa para poder ocultar su identidad, si ello fuere necesario. Ambos adornaban su pelo con redecillas. Por aquel entonces se puso muy de moda en las clases aristocráticas “vestirse de majo”, por lo que existen numerosos retratos de nobles que quisieron ser pintados por el pintor más “in” de la época, Francisco de Goya, ataviados con ese ropaje. Una de las mejores descripciones de los majos que tenemos y que es, al mismo tiempo un retrato para la posterioridad de sus costumbres, la encontramos en la biografía novelada de Goya del injustamente en España poco conocido escritor alemán Lion Feuchtwanger (1854 – 1958). En su obra “Goya”, Feuchtwanger escribe:
“En asuntos de amor, el majo era fogoso, generoso y de gran corazón. Hacía a su amada regalos variopintos, le daba una paliza cuando ésta lo enojaba en lo más mínimo y exigía la devolución de todos sus regalos cuando la abandonaba, o ella a él. La maja no tenía ningún reparo en desplumar del todo a un petimetre enamorado; también a la maja casada le gustaba tener un cortejo acomodado o incluso dos. Los hombres españoles atribuían a la maja aquellas cualidades que valoraban en extremo en la mujer: inabordable en la calle por su gallardía, angelical en la iglesia, endiablada en la cama. También los extranjeros estaban por completo de acuerdo en que ninguna mujer del mundo podía prometer y hacer realidad tanto placer, tanto deseo y tanta satisfacción como una auténtica maja.” Que sus apreciaciones no fueron producto de la fantasía lo demuestra el libro que escribió el barón Jean-François de Bourgoing, legado plenipotenciario del rey Luis XVI de Francia, en su famoso libro “Nuevo viaje a España”, en el que por una parte condenaba la impudicia y el desenfreno de las majas y majos, mientras que, por la otra, ensalzaba la atracción que de ellos emanaba y el deseo irrefrenable que inspiraron a aquellos visitantes extranjeros que, buscando lo típico, tuvieron la suerte o la desgracia de conocerlos.

Nuestra lengua: "Ser una castaña"

“Ser una castaña”. = Malo, viejo, destartalado, inservible.

“Dar una castaña”. = Propinar una bofetada.

“Darse un castañazo”. Un golpe muy fuerte (por ejemplo, con el coche o la moto).

“Servir sin galardón no es honra, sino baldón”. = No se debe trabajar sin remuneración y si no se recibe paga, no hay que dudar en reclamar lo que se adeuda por los servicios prestados.

“Hasta la muerte todo es vida. = Similar: “Mientras hay vida, hay esperanza”

“Con el tiempo y una caña hasta las verdes se alcanzan (caen)”. = Hay que ser paciente y perseverante si se quiere conseguir algo.

“Echar una cana al aire”. = Salir a divertirse con la finalidad de mantener relaciones sexuales sin compromiso con alguien (de echar un kiki).

“Corren malos vientos”. = Las circunstancias no son muy favorables.

“¡No te pases! = ¡Contente!

“Tener un ten con ten con alguien o algo”. = Mostrar tacto y diplomacia al tratar un asunto o en el trato con alguien.

“A las penas puñaladas.= Hay que saber pasar de las penas porque mañana será otro día. En Cataluña se dice: “A las penes, punyaladas i als disgustos, gots de vi….. viva la mare que et va parí”.

“Ser de aúpa”. = 1. Ser de cuidado. 2. Ser de mala condición, violento, desagradable (RAE).

“Hacer carantoñas”. Hacer caricias. Acariciar.

“Una chuminada”. = Una idiotez. (chumino = chichi).

jueves, 17 de febrero de 2011

Tema de hoy: “¿Presidente o jefe del Gobierno?”

Desde Felipe González hasta Zapatero viene una tendencia en el lenguaje político español de revalorizar el en sí ya importantísimo cargo de jefe del Gobierno, sustituyendo “jefe” por “presidente”, que suena mejor sobre todo en los foros internacionales. Esto es bastante privativo de España, el país, después de Austria, de los títulos o los nombres de cargos públicos, aunque sean modestos, como “Rat” (consejero). Y lo curioso es que el gobierno español prohibió por decreto los tratamientos de Excelentísimo e Ilustrísimo Señor en el campo administrativo. Así, pues, un alcalde ya no es ilustrísimo, sino “señor alcalde”.

En rigor, no es correcto llamar “presidente del Gobierno” al jefe del ejecutivo. En otros países este cargo se denomina “presidente (del consejo) de ministros”, “ministropresidente” (en la alemana Baviera), “canciller federal” (Alemania, con un Presidente elegido por el parlamento). En un país políticamente estructurado como España solamente tiene derecho al título de Presidente el rey Juan Carlos, que reúne en su persona, representante de la Corona, los cargos de Jefe del Estado, Presidente (de la Nación) y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.

Escribo con toda objetividad. Personalmente soy republicano. No “se hace República” solapadamente. Mientras la Corona sea aceptada por el pueblo, vivimos en una Monarquía (democrática), y el Rey es el mejor representante de España en el Exterior.

Nuestra lengua: "Estar hecho un titán"

“Estar hecho un titán”. = Ser muy fuerte y estar rebosante de salud. Los titanes eran gigantes en la mitología griega. Variante = “Estar hecho un coloso”.

“Firmar en barbecho” o “firmar como en un barbecho”. = Firmar algo con ligereza, sin comprobar lo que se firma (sin haberse cerciorado antes de que todas las cláusulas corresponden a lo acordado).

“Hay de todo como en botica”. = Lugar en el que se consiguen las cosas más diversas e, incluso, inusuales (como en las antiguas boticas que almacenaban y vendían todo tipo de productos).

“Bien está lo que bien acaba”. = Sólo lo que está bien termina bien.

“Siempre hay un roto para un descosido”. = Si buscamos bien, seguro que podremos encontrar a alguien que se convierta en nuestra pareja.

“Vete tú a saber”. = Expresa sospecha: “¿Quién sabe?”

“Al fin y al cabo”. = Bien visto. En resumidas cuentas.

“Tener un oído en frente del otro”. = Cantar muy mal, muy desafinado.

“Dar una rebotá”. = Cambiar bruscamente de opinión. Dar un respingo.

“Quitarse el sombrero”. = También en sentido figurado: Expresar respeto, admiración.

“Demodé”. = (Galicismo): Pasado de moda.

“Tener la fiesta en paz”. = Dejar de reñir, no seguir discutiendo.

“Colgar los libros”. = Abandonar los estudios. “Colgar los hábitos, la sotana”:Dícese de los sacerdotes y monjes (monjas) que abandonan sus órdenes religiosas.

“Meter a alguien el miedo en el cuerpo”. = Asustar a alguien.

Pincelada: "El mundo por montera"

Ponerse el mundo por montera. = Hacer lo que a uno le viene en gana sin tener en cuenta la opinión o los comentarios de los demás (sin hacer caso al qué dirán).
Esta expresión tan castiza procede, como tantas otras en nuestra lengua, de la mal llamada “Fiesta Nacional”. En el mundo de los toros se conoce por “montera” al sombrero negro y alargado, que se coloca en la cabeza para salir a la plaza. Según Wikipedia, “la montera es el sombrero que usa el torero y sus subalternos. Se trata de una prenda negra, redonda con dos piezas salientes en los laterales. La viste el torero durante el paseíllo y en los dos primeros tercios de la faena (suerte de varas y de banderillas), momento en el que se descubre y brinda el toro con ella. La introdujo Paquiro, como sustituto a la redecilla que empleaban los majos para recogerse el cabello”. La montera se pone por encima del peinado típico del torero, la castañeta. Este moñito artificial es una reminiscencia de la antigua “coleta” del torero. En el siglo XIX los toreros llevaban el pelo largo para que se pudiese trenzar. La trenza era peinada en forma de espiral detrás de la cabeza, sobre la nuca, en un recogido que se llamaba “moña” y que servía de "chichonera" natural para amortiguar posibles golpes, en caso de caer el torero hacia atrás. El mítico matador Juan Belmonte (1892 – 1962) fue el primer torero en llevar pelo corto y utilizar la moña artificial que desde entonces usan los matadores y que se conoce bajo el nombre de “castañeta”.
La locución “ponerse el mundo por montera” tiene mucho que ver con la actitud atrevida y desafiante que adopta el torero una vez se ha colocado en la cabeza la montera, esa especie de sombrerito que guarda cierto parecido con el antiguo tricornio de la Guardia Civil. El matador sabe que ha llegado la hora de la verdad, que no hay recomendaciones ni consejos que valgan, que ya no hay marcha atrás y que después del preámbulo del paseíllo se va a tener que enfrentar al toro, al público y a todo lo que le echen por delante.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Tema de hoy: Partidos sin líderes

El gran problema que planea sobre España es, aparte de la crisis, la triste circunstancia de que tenemos dos grandes partidos, pero sin líderes.

Mariano Rajoy ha ido perdiendo el tufillo de su nombramiento a dedo como jefe del PP y candidato a las elecciones generales, no en último lugar por su reafirmación en un congreso extraordinario del Partido Popular. Aznar eligió a Rajoy por considerarlo el más anodino de entre sus incondicionales. El ahora, entre otras cosas, hombre de negocios, José María Aznar pensaría que en el caso de querer volver a la política (a lo Berlusconi), Rajoy sería fácil de apartar a un lado. Es cierto que Rajoy ha ido ganando autonomía y le ha salido bien la jugada de quitarse de en medio a uno de los hombres fuertes de Aznar, Álvarez Cascos, que ofendido por no haber sido nombrado candidato para las elecciones en Cantabria, se salió del PP para formar su propio partido, que supongo que no será de extrema izquierda. Ahora sólo le queda a Rajoy, para ser auténticamente libre, la espantada del derechista andaluz Javier Arenas, candidato a las autonómicas andaluzas. Pero Rajoy sigue sin dar la talla en la oposición. Para un jefe de la oposición decir constantemente “No” y “el problema es Zapatero” no es suficiente para crearse un carisma. Por eso, la opinión pública le suspende en las encuestas. Nadie espera de este personaje un auténtico liderazgo. Seguro que sus asistentes, Soraya Sáenz de Santa María y María Dolores de Cospedal, conseguirían una nota mejor. De Santa María hay que decir, sobre todo, que es una política nata, muy preparada para desempeñar cargos públicos, incluso alguna vez el de presidenta del Gobierno con el PP.

Del PSOE cabe decir que carece de auténticos líderes. Zapatero ha demostrado no ser un dirigente político de envergadura, como se espera de un verdadero estadista en una situación tan grave como la que estamos viviendo. La opinión pública lo sabe y por eso le suspende como a Rajoy. Es difícil adivinar qué líderes puede ofrecer el PSOE. Rubalcaba es un buen ministro del Interior. ¿Sería un buen gobernante? Carme Chacón está haciendo bien sus deberes en Defensa, ¿pero estaría madura para presidenta del Gobierno? También existen dudas en torno a José Blanco y nadie puede decir hoy si José Bono, el actual presidente del Congreso de los Diputados, aceptaría una oferta de compromiso, en el último momento. Una cosa está clara: quien llegó a La Moncloa como locomotora a todo vapor, ya ha perdido su empuje, si es que lo tuvo alguna vez.

El panorama político no es para tirar cohetes. Las encuestas dicen que el PP adelanta en 10 puntos al PSOE. ¡Vaya un éxito, señor Zapatero! Pero los líderes de ambas grandes formaciones están suspendidos en la opinión de la sociedad. El PSOE y el PP sin líderes. ¿Cuándo aclarará Zapatero la situación?

Nuestra lengua: "El que nace para maceta...."

“El que nace para maceta no pasa del corredor. = Si uno se conforma con lo que tiene y no busca prosperar, se quedará siempre en el mismo sitio (como una maceta).

“El pez empieza a pudrirse por la cabeza”. = Se dice cuando organizaciones como partidos políticos, sindicatos, patronales, bancos, etc. funcionan mal porque aquel o aquellos que las dirigen son personas ineptas o corruptas.

“A la mujer fea, el oro la hermosea”. = El dinero puede hacer parecer bonita a una mujer poco agraciada (sobre todo si el pretendiente no tiene fortuna).

“Dinero llama dinero”. = Al que ya tiene dinero le es más fácil aumentar todavía más su fortuna. También: Los ricos se suelen casar con personas que tienen también posibles.

“Los huéspedes y la pesca a los tres días apestan”. = Hace referencia a aquellos que sin ser amigos íntimos o sin haber sido expresamente invitados se eternizan en una casa.

“Quien con fuego juega, al final se quema”. = El que se expone sin necesidad a un peligro puede finalmente ser víctima de su irresponsabilidad.

“Quien con infantes pernocta, excrementado alborea”. = Versión moderna pseudoculta de “quien con niños se acuesta, cagado se levanta”.

“Todo lo bueno está prohibido (es pecado) o engorda”. = Todos los placeres de esta vida pueden tener alguna consecuencia negativa.

“No hay mal que cien años dure”. = Lo malo no tiene por qué ser eterno.

“Todo se andará”. = Ya llegará el momento oportuno.

“Pegar el pelotazo”. = Hacer fortuna rápidamente (generalmente por medios no precisamente lícitos).

“Despacito y buena letra”. = Hacer las cosas sin prisas y con esmero.

Pincelada: Príncipe Azul

“El Príncipe Azul“es en la fantasía de las jovencitas, el caballero andante, el apuesto y valiente príncipe que las rescatará de todos los peligros que las acechan y les dará la dulzura de un amor puro y verdadero. Según el escritor de libros juveniles y profesor de literatura Severino (“Seve”) Calleja Pérez, “el personaje nace con este nombre en una leyenda rumana del siglo XIX llamada “El Príncipe Azul de la lágrima”. El color azul alude al carácter real del personaje, teniendo posiblemente el mismo significado que en la expresión sangre azul.” Pero tampoco hay que olvidar que muchos cuentos en los que aparece ese insulso personaje tienen origen centroeuropeo, donde el azul es el color de la fidelidad y del amor puro y desinteresado. El príncipe azul, sin embargo, llegó a la fama a mediados de los años 50 del pasado siglo de la mano de la Walt Disney, que le dio vida en unas deliciosas películas de dibujos animados como “La Bella Durmiente”, “Blancanieves y los siete enanitos” o “La Cenicienta”. Otra versión parecida es la del “príncipe encantado”, convertido en rana o sapo por una malvada bruja y al que sólo el beso de una pura doncella (generalmente una princesa) puede rescatar de su triste sino de croar eternamente en una charca. Cuando la bella dama le da un beso a pesar de su poco agraciado aspecto, el batracio se convierte en un atractivo príncipe que toma por esposa a la hermosa dama, que ha sido capaz de romper el maleficio y devolverle la figura humana. Todas estas románticas historias tienen un denominador común: son un canto al amor puro y leal, desprovisto de toda doblez, y al matrimonio como el súmmum en la vida de una mujer. Claro que después de todos los cambios que se han dado en nuestra sociedad en los últimos 30 años, que han representado un enorme paso en el proceso de igualdad entre el hombre y la mujer, tanto en la vida laboral como en el ámbito privado, la figura del “príncipe azul” se ha quedado bastante obsoleta. Pero aunque parezca imposible, en el siglo XXI hay muchas almas cándidas que padecen el llamado “síndrome del príncipe azul” y que se aferran a la ilusión de que algún día se cruzará en su camino ese caballero maravilloso, que vendrá a rescatarlas de la soledad y monotonía de su vida real. Se trata de mujeres infantiles y llenas de carencias de tipo emocional. Son esas expectativas inalcanzables las que les impiden desarrollar una vida adulta de pareja con un hombre de carne y hueso, con sus defectos y sus virtudes. Al no poder desprenderse de esa idea inmadura y distorsionada del “hombre ideal”, esas féminas no conseguirán nunca llevar una vida afectiva normal, basada en la igualdad y en el respeto mutuo. No sé donde leí una frase que me parece muy certera: “Los Príncipes Azules, a la larga, terminan destiñendo” y más vale que más de una se vaya haciendo a la idea de que, por muchos besos que se le dé al sapo, éste no dejará jamás de ser un anfibio incapaz de convertirse en un príncipe encantado.

martes, 15 de febrero de 2011

Tema de hoy: El asteroide

Según los astrofísicos David Tholei y Fabrizio Bernardi, un asteroide está en camino hacia la Tierra, donde impactaría el 13 de abril de 2036. El cuerpo celeste tiene unos 400 metros de diámetro y chocaría contra nuestro planeta a una velocidad de 13 Km. por segundo, es decir, unos 50.000 kilómetros por hora. El impacto equivaldría a 40.000 bombas atómicas. Si el asteroide realmente colisionara con el planeta tierra, sería una catástrofe mundial. Los astrofísicos ya han calculado cuál sería la zona del impacto: todo el Mediterráneo, desde la Península Ibérica hasta los Balcanes y el norte de África. Pero las consecuencias se extenderían a escala mundial: masas ingentes de polvo oscurecerían el sol y harían imposible respirar. ¿El fin del mundo? Con una máxima probabilidad, no. La NASA que viene observando la trayectoria de Apofis, como se denomina al cuerpo celeste, rebajó el 5 de agosto de 2006, a 0, en la escala de Turín, la probabilidad de una colisión del asteroide con nuestro planeta.

Sin querer mermar el saber de ambos astrofísicos, confío más en la NASA. Recordemos que desde hace milenios siempre han venido anunciando el fin del mundo legiones de profetas, predicadores, charlatanes, videntes y toda esa caterva de personajes para quienes las religiones sólo son campo abonado para la superstición y la superchería. Científicamente se calcula que el planeta Tierra desaparecerá con el sistema solar dentro de cinco mil millones de años.

Los astrofísicos mencionados pueden exhibir sus estudios acerca del asteroide que presuntamente amenaza a la tierra, pero sus datos han sido revisados y corregidos por la importante agencia norteamericana de investigación espacial, la NASA. Es cierto que constantemente estamos siendo bombardeados por meteoritos, que se incendian al penetrar en la atmósfera y no causan daño. Puede ocurrir que uno de los trozos del meteorito sea un poco más grande, como una piedra. El 20 de junio de 1994, en Madrid, un ciudadano se llevó un tremendo susto, cuando un mineral rompió el parabrisas de su coche. El hombre sólo sufrió una herida leve en el brazo. Se dio cuenta en seguida de que era un meteorito y se lo entregó a la policía, que a su vez lo trasladó al Museo de Ciencias Naturales.

Peor fue lo ocurrido en Rusia hace 100 años. Como una bola de fuego cayo en Siberia un asteroide, el Tunguska. La explosión destruyó la taiga (bosque) en un área de varios centenares de kilómetros cuadrados. Famosos son los asteroides que cayeron en Yucatán, cambiando por completo el paisaje en el jurásico. Otro enorme meteorito es hecho responsable de la extinción de la vida en la tierra y la extinción de los dinosaurios hace unos 85 millones de años. El ser humano aún no había nacido, estaría en la horma simia o de cualquier otro animal.

Para que no se produzca la colisión del asteroide está además la consideración de que Venus con su masa puede desviar la trayectoria del asteroide (bautizado con el nombre griego “Apofisi”, tradución de Apawrí, el dios egipcio de la muerte).

Ante estos sobresaltos ¿no cabe esperar que la NASA, Moscú y Pekín colaboren estrechamente para construir un “escudo nuclear” que destruya cualquier asteroide que en el futuro ponga rumbo a nosotros?

Nuestra lengua: "Al árbol se le conoce por el fruto"

“Al árbol se le conoce por el fruto”. = Equivale a decir que a todos se nos conoce por nuestras obras.

“Beber con medida, alarga la vida”. = Beber moderadamente es bueno para la salud.

“Hasta el segar todo es hierba”. = No se debe de cantar victoria antes de tiempo. Similar: “Hasta el rabo todo es toro”.

“Ver para creer”. = Cuando quedamos sorprendidos al ver algo que nos parecía imposible.

“De gustos y colores no han escrito los autores”. = Sobre gustos no hay nada escrito.

“Mejor una bofetada a tiempo que dos a destiempo”. = Es mejor atajar una situación antes de que ésta empeore y encima nos equivoquemos en nuestra reacción.

“Un caballero no tiene memoria”. = Un auténtico gentleman es discreto y no alardea de sus conquistas femeninas.

”Una dama no tiene pasado”.= A pesar de la emancipación, a ningún hombre le gusta saber exactamente cuántos “novios” ha tenido su pareja con anterioridad.

“Estar a buen recaudo”. = Estar bien guardado. También se emplea en el caso de delincuentes “que están a buen recaudo (en la cárcel)”.

“No poder contarlas”. = Esta”fiambre”, estar muerto.

“Dárselas todas en el mismo carrillo”. = También figurado: dárselas donde más le duele.

“Pasar página”. = Dar un asunto (también polémico) por concluido.

“Servir de palmero”. = Hacer de claque en un evento importante. En el flamenco el palmero es sólo quien toca las palmas para acompañar la música y mantener el ritmo.

“Echar el guante a alguien”. = Pillar, coger, agarrar.

Pincelada: Ladrón de guante blanco


“Ladrón de guante blanco”. = Se denomina así al ladrón que actúa con habilidad y elegancia, utiliza sólo su ingenio y no usa la violencia para conseguir sus fines. Esta expresión se utiliza desde la aparición de la primera novela protagonizada por Arsenio Lupin, “el ladrón caballero”, personaje literario que dio la fama al autor francés Maurice Leblanc (1864 – 1941).

Maurice Leblanc fue un escritor cosmopolita que había publicado sin pena ni gloria algunas novelas hasta el día que su editor le propuso escribir una novela policiaca por entregas en la que el personaje principal tenía que ser un personaje muy francés que hiciese la competencia en el mercado francés e internacional a la figura del muy british detective Sherlock Holmes, inventada por Arthur Conan Doyle.

El éxito superó las expectativas y Maurice Leblanc se convirtió de la noche a la mañana en el autor más leído de su época. Leblanc pintó a Maurice Lupin como a un hombre elegante, culto, amante de la buena mesa, del teatro y de las mujeres bellas. Sus víctimas eran generalmente personas que habían amasado su fortuna aprovechándose del infortunio de los demás para quedarse con sus bienes a precio de saldo, o sea el prototipo del usurero, lo que las hace profundamente antipáticas desde un principio (mientras que Arsenio Lupin es simpático, cae bien al lector e incluso se identifica con él).

Aunque la fama y la fortuna le sonrieron a partir del giro que dio a su carrera de escritor y consiguió ser altamente condecorado con la Legión de Honor, Leblanc nunca llegó a ser del todo feliz. Guardó siempre el resquemor de no haber sido lo suficientemente valorado por la crítica, que nunca le tomó en serio como escritor. Quizás le hubiese consolado saber que sus obras perdurarían hasta hoy gracias al cine y a la televisión.

Otro “ladrón de guante blanco” que no quisiera dejar de mencionar es “La Pantera Rosa”. Ya en la primera película de Black Edwards de 1963, el gran actor británico David Niven da vida al ladrón de guante blanco “El fantasma”,que se esconde tras la identidad del noble inglés Sir Charles, un rico playboy asediado por las mujeres. El inspector Clouseau es nada más y nada menos que Peter Sellers (en uno de sus mejores papeles), quien no sabe que tiene al enemigo en casa, ya que su mujer es la amante de Sir Charles (rol interpretado por la bella modelo francesa Capucine). Debido a su extraordinario éxito tuvo innumerables continuaciones, todas ellas dirigidas por Blake Edwards, incluso muchos años después de haber fallecido sus dos primeros protagonistas David Nived y Peter Sellers.

Y como los dibujos de los créditos gustaron tanto, en 1964 se hizo un filme de dibujos animados, en el que un felino de color rosado, elegante como un gentleman británico, era el ladrón siempre perseguido con poco éxito por el pobre infeliz de inspector Clouseau, muy bien caracterizado con su bigote, su gabardina y un ridículo sombrerito marrón.