lunes, 21 de marzo de 2011

Tema de hoy: La primavera




Ya estamos en primavera. Por lo menos en el calendario. Para la nórdica Europa –se incluye aquí a nuestra cornisa cantábrica– no existe primavera propiamente dicha, a lo sumo retazos de una estación que unas veces es un suave invierno y otras un benigno verano. Tampoco para los europeos meridionales es la primavera lo que fue en otros tiempos: la estación más bella del amable sol, las flores y el canto de los pájaros. También nosotros podemos sentir, alguna vez que otra, los bandazos atlánticos de borrascas y altas presiones. Pero duran poco.

La primavera: estación sentimental, en la que también afloran sentimientos de tristeza o nostalgia como la de aquel anónimo cautivo que escribió hace siglos el romance “Por el mes era de mayo/cuando hace la calor/cuando canta la calandria y responde el ruiseñor/cuando los enamorados/van a servir al amor,/si no yo, triste cuitado/ que vivo en esta prisión,/ que ni sé cuando es de día/ni cuando las noches son,/ sino por una avecilla/ que me cantaba al albor./Matómela un ballestero---¡Déle Dios mal galardón!

Me imagino que, por otros motivos, José Luís Rodríguez Zapatero, pensará en este romance cuando se pasee por los jardines de La Moncloa, que se está convirtiendo en la “prisión” de una pesadilla, con la que, al parecer, quiere poner fin el dos de mayo (fiesta patriótica), anunciando que no se presentará por tercera vez como candidato a la presidencia del Gobierno en los comicios del 2012. Al PSOE se le cae una gran piedra de encima, si es verdad. Zapatero ha llegado al límite de su talante.16,09 puntos de ventaja tiene el PP, no será por los méritos de Rajoy, valorado por debajo de Zapatero, que ya es decir, el cual ha sido víctima del desmadre de la crisis. El batacazo del PSOE en las atonómicas y municipales va ser histórico, temen los observadores.

“La primavera la sangre altera”. La sangre la tienen alterada Gadafi y sus fieles. El dictador ve caer en el comienzo de la primavera una lluvia de bombas de la OTAN sobre su cabeza. ¿Será posible conducir a Libia a la democracia a lo árabe? La OTAN, que ha aprendido de Irak y de Afganistán, no quiere comprometerse en una contienda en tierra. Alemania ni siquiera ha querido comprometerse por aire. Merkel había concertado muy buenos negocios de petróleo con Libia. Los negocios de amas entre España y Libia eran también considerables. Quien manda es el petróleo.

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