viernes, 6 de mayo de 2011

Tema de hoy: Luces y sombras


Pasado el júbilo, pasados los primeros momentos de alivio al comunicar el presidente Obama la muerte del enemigo número Uno, Osama bin Laden, surgen las preguntas de los analistas políticos, las luces y sombras de la captura y muerte del enemigo número uno de EE UU y del resto del mundo occidental. En efecto, toda la preparación desde el pasado agosto hasta ahora, así como la ejecución del terrorista islamista (que hizo una fortuna en USA en el sector económico, como sus familiares, amigos de Bush, que tuvieron que dejar el país a raíz del atentado contra las Torres Gemelas), parece demasiado perfecta sin cómplices en los servicios secretos paquistaníes o algún traidor de Al Qaeda en Guantánamo, ya sea para cobrar la millonaria recompensa o bien sometido a tortura, que oficialmente está prohibida también en USA.

Nadie se explica cómo pudo llegar la fuerza especial de EE UU a la vivienda de Bin Laden, sin despertar sospechas. ¿Estaban también untados los servicios secretos de Paquistán, cuyo gobierno es amigo de Estados Unidos? Bin Laden vivía, desde que escapó de Afganistan, en un barrio residencial en las afueras de Islamabad, junto a un complejo y un campo de golf militares. Otros detalles indican la precisión de la operación, llevada a cabo con la calma de quien sabe protegidas sus espaldas. El comando tuvo tiempo de echar al mar el cuerpo sin vida del jefe yihadista, según el rito musulmán.

Nadie puede hoy decir si la muerte del máximo líder yihadista supondrá un cambio en las metas de Al Qaeda. Un indicio de que todo podría quedar como hasta ahora es que desde la desaparición de Bin Laden, el jefe religioso y “militar” de la organización terrorista es el médico egipcio Ayman al Zwahiri, no menos fanático que Bin Laden.

Los países árabes del Oriente Medio no se sienten tranquilos. De una parte la exigencia popular de democracia y de otra, el odio de los yihadistas contra dirigentes árabes que, según Al Qaeda, hace tiempo que han abandonado la senda del Islam a cambio de los petrodólares.

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