sábado, 9 de julio de 2011

Pincelada: Preppy





Hoy voy a hacer una pequeña incursión en el mundo de la moda. El motivo es una palabra que jamás en mi vida había oído y que saltó a la palestra de todos los periódicos con motivo de la visita a España (para montar no sé qué sarao) del rey de la moda “casual”, el americano Tommy Hilfiger. La palabreja en cuestión es “preppy”. ¿A que no les suena a ustedes tampoco?

Bien, pues llevada por la curiosidad consulté un conocido diccionario inglés-español y otro inglés-alemán, pero como ocurre más de una vez cuando se busca algún neologismo en este tipo de mamotretos, no encontré ninguna traducción al castellano o al alemán de dicho término. Fue la versión inglesa de Wikipedia, la que, por fin, consiguió sacarme de dudas. Preppy se deriva del término anglosajón “preparatory school" (colegios secundarios privados para niños pijos que se preparan para ir a la universidad) y es un estilo en la moda que consiste en llevar un atuendo parecido al uniforme que utilizan los jóvenes americanos en los colegios y universidades elitistas.

Dirigidas a un público joven y adinerado, las prendas imprescindibles para un auténtico “look preppy” son:

Las chaquetas azules tipo blazer (generalmente con un escudo) o los "cardigans" de lana, para ambos sexos,
los pantalones “chinos” de algodón con mocasines (a ser posible, “náuticos" con cordones, en verano sin calcetines) para ellos,
los kilts (faldas escocesas de cuadros) o shorts combinados con medias tupidas y las bailarinas para ellas.

Son prendas clásicas, cómodas y, sobre todo, caras. Además, para llevarlas se requiere tener esa elegancia y saber estar que dan el haber nacido con la cucharita de plata en la boca. Sobre su precio vale más que corramos un tupido velo, no vaya a ser que se nos revolucione el personal, y más en estas épocas de crisis. Pero bueno, aunque muchos de entre nosotros no seamos muy "fashion", al menos esta curiosa expresión nos habrá servido de pretexto para aprender una cosa más, pues como dice el refrán: “El saber no ocupa lugar”.
Margarita Rey

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