martes, 27 de septiembre de 2011

Tema de hoy: El Papa en Alemania




“Quizá me pregunten si existe realmente Dios… En la grandiosidad del cosmos podemos presentir algo de la grandeza de Dios…” Así anunciaba en gruesos titulares la visita del Papa (el pasado jueves) el diario alemán más leído, más mordaz y sarcástico, el “Bild”.

Durante su visita a Alemania, Herr Ratzinger (alias Benedicto XVI) habrá recordado con melancolía aquello de que “nadie es profeta en su tierra”. No ha habido multitudinarias manifestaciones en favor del señor de El Vaticano, pero sí importantes protestas. Así, cuando Benedicto XVI visitó el Bundestag (Parlamento federal alemán), numerosos diputados abandonaron el hemiciclo. En los pasillos se oía la observación de que Alemania es un país laico y por eso estaba fuera de lugar la presencia de un jefe religioso en el parlamento. El señor Ratzinger habrá recordado con nostalgia los apoteósicos recibimientos en la nacionalcatólica España, el país europeo tal vez más esquilmado por el Vaticano. La Casa Real española arropa al católico huésped con auténtico amor y zalamería. Casi toda la clase política se inclina ante el egregio personaje, compitiendo en fervor con los jerarcas de la Iglesia católica española.

En Alemania, Benedicto XVI ha sufrido también amargos tragos, como en Erfurt, patria de Lutero, donde el Papa se reunió con representantes de las confesiones en Alemania (protestantes, judíos y musulmanes) ofreciéndoles un mayor diálogo. Dirigiéndose al representante de la Iglesia Evangélica Alemana, Ratzinger pidió que los protestantes viesen más lo que une a ambas religiones que lo que las separa y que se unan a los católicos. La respuesta del “evangélico” fue contundente contra El Vaticano. Pero el Papa, que anda por los mundos de la teología del creacionismo -¡a estas alturas!- no se inmutó y mantuvo esa inocente sonrisa de quien nunca ha roto un plato.

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