miércoles, 19 de octubre de 2011

Tema de hoy: La superstición




La superstición es un subproducto de la religiosidad exagerada y suele convivir con todas las religiones, a veces tan estrechamente unidas, que los fieles no saben distinguir lo que es religión y superstición. En los Estados Unidos, que llamamos la primera gran potencia, existen centenares de sectas, algunas llamadas diabólicas. Existe una gran variopinta gama de personas que viven de la superstición: los videntes, que hasta se convierten en cotizadas estrellas de la televisión y son o unos taimados zorros o unas ridículas figuras, los curanderos, los espiritistas, los seguidores de la llamada magia negra, etc. La hipnosis no es superstición, sino que forma parte de la medicina, en especial de la psiquiatría en casos como amnesia, depresiones, fobias u obsesiones. Hay quienes utilizan la hipnosis como espectáculo. En este caso es preciso advertir a los participantes de los peligros que puede correr un hipnotizado.

Una variedad de la superstición muy conocida y temida es la llamada magia negra o el vudú. Se trata de ceremonias con rituales rodeados de misterio, en las que los participantes, al son de tambores repetitivos y un baile frenético, así como con hierbas alucinógenas, llegan al éxtasis, durante el cual se produce el “prodigio”. Con la magia negra (vudú) puede incluso condenarse a muerte a personas por encargo de otras personas más poderosas. Y en algunos casos el maleficio se cumple. Es lo que los psiquiatras llaman “la muerte psicológica”. Hasta La Mancha ha llegado la magia negra, donde un vidente de Guinea Conakry estafó a un campesino 10.000 euros, en un rito con el cuerpo de un pollo. El fin: librarle de la supuesta magia negra. Entretanto, el “hechicero” está a buen recaudo. El fiscal pide la devolución de la cantidad estafada y dos años de prisión.

En mi opinión no existe ningún ser superior “invisible” ni tampoco espíritus. Los espíritus son los pensamientos con los que recordamos a nuestros seres queridos desaparecidos para siempre. El más allá es la nada. Los espiritistas son unos farsantes. “Un espíritu” no puede hablar ni oír (no tiene ni boca ni oídos) y por supuesto no puede mover objetos.

En la superstición hay mucho de sugestión o autosugestión. Una fuerte autosugestión puede llegar a curar enfermedades psicosomáticas. Pero en la superstición los que mandan son los embaucadores sin escrúpulos y los charlatanes sin vergüenza.

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