jueves, 22 de marzo de 2012

Nuestra lengua: "Del laberinto al 30"




“Ir del laberinto al 30”. = Dar marcha atrás. Tener que retroceder forzosamente, ya sea por mala suerte o por haber cometido involuntariamente un error. El origen de esta frase es el Juego de la Oca. Cuando el jugador tiene la mala fortuna de caer en la casilla del laberinto, tiene obligatoriamente que retroceder a la casilla 30. Entonces se canta (se dice en voz alta): "¡Del laberinto al 30!".

“Dejar a alguien en la estacada”. = Abandonar a una persona en una situación de peligro o, simplemente, comprometida. Antiguamente, se conocía como “estacada” a una línea defensiva hecha con una serie de estacas clavadas en la tierra para cortarle el paso al enemigo.

“Ser un arrastrado”. = (Argot) Ser un pobre diablo que hace todo lo que los demás le dicen que haga.

“El diablo está en Cantillana”. = Antes (ahora menos) se utilizaba mucho para dar a entender que algo había salido mal (porque el diablo tenía la mano dentro). Su origen es una obra del Siglo de Oro del mismo título escrita por Luís Vélez de Guevara (1579 – 1644).

“Hacer montas”. = No ir a clase. Similar: “Hacer novillos”.

“A buenas ganas, huelgan las salsas”. = Cuando se tiene hambre cualquier cosa, por muy sencilla que sea, le sabe a uno bien.

“Estar embolilla(d)o”. = Estar drogado.

“Buscar el pelo en la leche”. = Buscar con minucia el posible defecto que pueda tener algo. Ser excesivamente meticuloso y pedante. Similar: “buscarle el pelo al huevo”.

“Cortar el hilo de la vida”. = Quitarle la vida a alguien. La expresión tiene su origen en el mito griego de las “parcas”, tres hermanas infernales de las que dependía la vida de los mortales.

“De esta no te salva ni la paz ni la caridad”. = No te va a salvar nadie de tu castigo, merecido o inmerecido. Se utiliza, sobre todo, cuando alguien se ha metido en un buen lío.

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