jueves, 21 de junio de 2012

Tema de hoy: "Mentir y escurrir el bulto"




Con un mal estilo y una prepotencia que daban grima, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, se defendió como gato panza arriba en la Sesión de Control al Gobierno que tuvo lugar ayer y en la que se vio “solo ante el peligro” a la hora de dar la cara ante la oposición, dada la ausencia de Rajoy y su brillante vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría (quien, según mi opinión, le da sopas con onda a la mayor parte de machitos que forman el gabinete Caligari que ha sucedido al inepto de Zapatero).

Montoro, ante un Parlamento que parecía haber adelantado el puente de San Juan, pues como mínimo la mitad de los escaños que ocupan Sus Señorías estaban vacíos (¡viva la austeridad!), aseguró con todo el morro que “España está hoy en mejor situación para hacer frente a la crisis del euro, porque está adoptando las reformas, los presupuestos y el ordenamiento del sector público en su conjunto que permitan afrontar con fiabilidad y confianza esta crisis. España no ha sido rescatada hace una semana, lo dice la Comisión Europea, que añade que España no necesita ningún rescate siempre que haga las reformas estructurales que está haciendo el Gobierno”. Y, más tarde, en otro contexto, siguió remachando el mismo clavo: "España no ha sido rescatada porque no necesita ser rescatada. España tiene el apoyo del G-20". Después de estas gratuitas afirmaciones el Sr. Montoro se quedó tan ancho.

Montoro se permitió además otras perlas: “Haga el favor de hablar con rigor en esta Cámara” le espetó al diputado de UPyD Álvaro Anchuelo cuando éste tuvo la mala idea de preguntarle sobre el “rescate” supuestamente recibido por España de hasta 100.000.000 de euros para sanear el sector financiero (un asunto que, por cierto, no está tan claro como nos habían vendido de Guindos y Rajoy hace tan sólo diez días).

El Sr. Montoro tampoco se recató a la hora de afirmar que, mientras en mayo de 2010 la Unión Europea llamaba al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para decirle qué hacer, en la actualidad las instituciones comunitarias hablan con el presidente, Mariano Rajoy, para “celebrar” las medidas que su gobierno está adoptando frente a la crisis.

Y después de este tsunami en un hemiciclo semivacío, nos llega desde el telediario la noticia de que en la situación de crisis y de incertidumbre en la que nos encontramos en este nuestro país, no se celebrará ningún Debate del Estado de la Nación.

Por su parte, Mariano Rajoy con la que está cayendo prefiere esconder la cabeza cual avestruz, en vez de dar la cara y explicar sin paños calientes en el Congreso a nuestros representantes parlamentarios y a todo el pueblo español cuál es actualmente la verdadera situación de España. En lugar de eso se escuda en la excusa de mal pagador de que ese tipo de debates es anual y que su gobierno sólo lleva 6 meses en el poder. Pues nada, parece que don Mariano ha optado por el mutismo como estrategia para poder seguir bailando en la cubierta del Titanic hasta que el cuerpo y el país aguanten.

El Debate del Estado de la Nación se había convertido en tradición desde 1983 cuando, por iniciativa de Felipe González, se iniciaron estas discusiones parlamentarias tan usuales en casi todos los parlamentos europeos que permiten, gracias a su gran eco en la prensa, que también la opinión pública pueda más o menos formarse una opinión sobre las medidas que ha adoptado el ejecutivo y si son fundadas las críticas a las que le somete la oposición. Una tradición que, por cierto, tampoco Aznar rompió.

¿Tanto le teme Rajoy a que se le echen en cara sus numerosos “donde dije digo, digo diego” en los tan sólo seis meses que lleva en La Moncloa?
Margarita Rey

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