lunes, 29 de octubre de 2012

Nuestra lengua: “Un hombre de pelo en pecho”.



“Un hombre de pelo en pecho”. = El prototipo del macho ibérico, una especie caduca que, afortunadamente, cada vez gusta a menos mujeres (aunque el de la foto, Burt Reynolds en sus mejores años, no está nada mal).

“Le puso el culo como un tomate”. = Ahora estaría prohibido, pero hace muchos años los padres solían castigar a los niños traviesos dándoles unos buenos azotes en las posaderas.

“Más lento que un submarino a pedales”. = Muy, muy lento. Similar: “más lento que el caballo del malo”.

“Soy todo oídos”. = Te escucho con atención.

“Ir de público”. = Asistir a un programa de televisión cobrando, como “claque” para hacer bulto.

“Tener las espaldas anchas”. = Poder soportar el peso de acusaciones o críticas malevolentes. También: saber aguantar estoicamente las desgracias y las afrentas.

“Llorar como un descosido”. = Similar: “llorar a moco tendido”.

“Peinarse con raya ancha”. = Ser medio o totalmente calvo.

“Caerle la negra”. = Tener una racha de mala suerte.

“Beber más que los peces del villancico”. = Ser un auténtico borrachín. Estribillo del villancico: “Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben por ver al Dios naci(d)o. Beben y beben y vuelven a beber, los peces en el río por ver a Dios nacer”.

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