lunes, 15 de octubre de 2012

Tema de hoy: "Españolear"


Este era el título de una canción aflamencada, que allá por los 70 hizo famosa, si no me equivoco, Manolo Escobar, que, como otros cantantes, vieron en los centenares de millares de españoles, que habían tenido que “elegir” el “exilio laboral”, una agradecida y lucrativa clientela, muchos de ellos fomentados por el régimen, lo mismo que las folclóricas enviadas por Madrid a entretener a los emigrantes en su triste existencia de extranjeros meridionales en los fríos países de Europa Central, especialmente, Alemania occidental. Ahora se rehabilita El Emigrante de Juanito Valderrama como “canción-protesta”. En aquellos tiempos pasados, El Emigrante dicen que era la canción preferida del cocodrilo de El Pardo, que vertería lágrimas de emoción cada vez que la escuchaba. Coartada o no, hay que reconocer que la canción llegaba a los corazones de los emigrantes hispanos.

Los países de Centroeuropa poco se preocuparon de la integración de los emigrantes, entre ellos, los españoles. En Alemania se había hecho el cálculo de que los emigrantes permanecerían en el país un par de años, hasta reunir unos cuantos marcos para regresar a sus hogares en España. Pero los políticos alemanes, cuyas luces no son más que las de los demás países de Europa occidental, se equivocaron. Los emigrantes echaron sus propias raíces, impusieron gracias al SPD (partido socialdemócrata alemán) y, sobre todo, por el fuerte empuje de la poderosa Confederación de los Sindicatos Alemanes (DGB), su derecho a la reagrupación familiar, hicieron ir a las esposas e hijos, que, entretanto en la tercera generación, viven en Alemania como alemanes y dan al país buenos ingenieros, técnicos, médicos, abogados e incluso notarios. Pero a ninguno se le ha ocurrido “españolizar” a los países en los que residen.

Con su frase de marras (“hay que españolizar a los alumnos catalanes”), el ministro de Educación José IgnacioWert ha recordado a toda la España democrática tiempos que parecían ya remotos, en los que el catalán, como el vasco, estuvieron prohibidos. Esa frase le desacredita como ministro de un gobierno español. Los catalanes no puede ser españolizados porque, por mucho que se empeñen algunos políticos catalanes, al parecer con problemas psicológicos, los catalanes además de catalanes son españoles y forman parte natural e histórica, como cualquier andaluz, extremeño o manchego, del territorio que llamamos España. El bilingüismo y el biculturalismo catalanes son una riqueza que los españoles europeos admiran e incluso envidian.



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