jueves, 22 de noviembre de 2012

Nuestra lengua: "El bombero torero"



“Ser el bombero torero de la familia”. = Hacer extravagancias. El “bombero torero” es un espectáculo cómico-taurino muy antiguo. Su creador fue un santanderino, Pablo Celis Cuevas, allá por el 1930. En 1953 se le ocurrió incorporar un grupo de ocho enanitos toreros a sus funciones. La idea tuvo un gran éxito de público y se ha mantenido hasta nuestros días con los descendientes del fundador.

“Apurarse”. Preocuparse, no hallar la respuesta correcta a una situación difícil. También: darse prisa. En otro sentido, vaciar por completo una botella o un vaso.

“Hacer la puta y la Ramoneta”. = Expresión catalana que significa “nadar y guardar la ropa”.

“Botero”. = Artesano que hace botas (de cuero) para beber vino.

“Dar el pasaporte a alguien”. = Mandar a la porra, a freír espárragos.

“Tener mucho (poco) fuste”. = 1.- Tener poco aguante. 2.- Ser insustancial. En la arquitectura, el fuste es lo que media entre la columna y la base. Se emplea en el lenguaje figurado también como silla de montar. “No le da fuste”: no le da importancia. Por último, también se denomina fuste al contenido de un discurso o una conferencia.

“Quien te entienda, que te compre” (o "que te compre quien te entienda"). = Se dice a una persona que habla confusamente. También a alguien rarito, que no sabe lo que quiere y que cambia de un momento a otro de opinión.

“Galimatías”. = Jerigonza. Lenguaje complicado, embrollado y casi sin sentido.
También: Cosa confusa o desordenada.

“Dientes de sierra”. = Tiburones de la Economía.

“Cajonear”. = Esconder algo en un cajón y olvidarse de ello. En sentido figurado: "cajonear" un decreto, una ordenanza, una ley, una promesa (electoral).


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