lunes, 5 de noviembre de 2012

Rincón del lector: Qué se quiere tapar


Una amiga de Albacete nos ha hecho llegar una interesante carta escrita por don Pascual Mogica Costa y dirigida al director del Diario “La Verdad” de Albacete, para que la divulguemos. Dice así:

“El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha lanzado un globo sonda para evaluar qué respuesta daría la opinión pública sobre el estudio que desde el Ministerio del Interior se está haciendo para una posible prohibición de captación, reproducción y tratamiento de imágenes, sonidos y datos de los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que se encuentre «en el ejercicio de sus funciones». Ante los comentarios y opiniones adversas, el Ministerio ha reculado, intentando suavizar la cosa y garantizando que no se pretende limitar el derecho a la libertad de expresión o información y que tampoco se impediría la toma de imágenes en las concentraciones.

La pregunta es: ¿Qué se quiere tapar? ¿La imagen de los policías que ya de por si van a hacer, según el ministerio, «su trabajo» o los excesos de algunos de ellos a la hora de proceder a mantener el orden? ¿Quieren tapar espectáculos tan bochornosos como el que protagonizaron un grupo de policías descontrolados en la estación de Atocha el 25-S? Cuando se trata de buscar responsabilidades por actuaciones fuera de lugar se debe grabar a todos, a policías y a manifestantes, y a todo aquel que se haya pasado de la raya aplicarle un correctivo.

El caso de Atocha, al que antes he hecho mención, no habría salido a la luz si las medidas que ahora se proponen desde el ministerio del Interior hubiesen estado reguladas por Ley. Lo de Atocha y otros excesos cometidos por incontrolados. Los ciudadanos tienen derecho a saber qué pasa.

Está claro, hay que estar ciego para no verlo, que los mandos policiales con el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al frente, están utilizando a la Policía como excusa para implantar una serie de medidas tendentes a que las calles, como ya he dicho en otra ocasión, se conviertan en cañadas reales por donde solamente circulan los borregos, los ciudadanos, vigilados por los pastores, los policías. Intentan meterle en la cabeza a los policías que sus enemigos son los estudiantes y los ciudadanos que salen a manifestarse para defender sus derechos.

Pero claro, si tenemos un ministro del Interior que pretende que la resistencia pasiva de los manifestantes sea considerado como un atentado a la autoridad, es decir si te estás quieto te doy y si te mueves también te doy, apaga y vámonos”.

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