viernes, 4 de octubre de 2013

Atalaya: Las playas




Durante este verano, los canales de televisión nos han atiborrado de escenas en las playas con muy mal gusto: seres que sólo por la sombra parecían del género humano. Jóvenes con todo el cuerpo plagado de tatuajes, que les conferían el aspecto de ofidios. Ellas y ellos con piercings en los lugares más insospechados del cuerpo. Yo jamás habría dado un beso a una joven con un piercing en los labios. Somos feos porque la humanidad es fea según los cánones de la belleza, pero ¿es preciso resaltar nuestra fealdad natural semidesnudos, enseñando el culo como una gracia y ellas –la mayoría, que muestra la televisión, mayores de 50, con los michelines bien al aire, embutidas en bikinis cutres. Las chicas, por ser jóvenes, aunque se vistan o desnuden estrafalariamente, emanan esa radiación que tiene la juventud, pero la forma de hablar, sus gestos como garabatos en el aire, groseros, queriendo superar en mal gusto a los tontipavos de sus compañeros  anulan cualquier encanto de cuerpos juveniles, llenos de vida, que le devuelvan a uno la alegría de que, al menos, existe la juventud en los demás.
 
Me sacan de quicio las borracheras colectivas, algunas veces aumentadas con las drogas, que en la playa, día o noche, parecen tener franquicia. No puedo soportar esas caras de cretinos y cretinas haciendo monerías ante la cámara en un revoltijo de los sexos. Parece como si la televisión buscase precisamente eso: lo absurdo de nuestra existencia, lo ridículo de quienes no saben ser jóvenes, pero tampoco viejos, como lo demuestran con histriónica alegría esperpentos, que en la vida normal hasta podrían ser respetables. La TV lo busca adrede. Paso el verano en una playa de Alicante con gente normal, sin estridencias, con la alegría de estar junta la familia o los íntimos amigos. En ninguna parte de la Costa Blanca he visto a una mujer de unos 45 años miccionando de pie en la playa. Para eso están Benidorm o El Arenal en Mallorca, lugares que nunca visito.
 
Si con esta permisividad de lo sucio y lo escandaloso, las autoridades quieren explotar al máximo el turismo –muy necesario durante la crisis- eligen una táctica equivocada. Las imágenes de los canales españoles también pueden verse fuera de España, y, para mayor escarnio, también los canales extranjeros, sobre todo los ingleses y los alemanes, hacen sus propios documentales en la Sodoma y Gomorra ibéricas.
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario