viernes, 1 de noviembre de 2013

Pincelada: "La Vida Sigue Igual"



Estaba esperando con impaciencia el inicio de la séptima temporada del programa de La Sexta “Salvados” y no fui defraudada. El regreso de Jordi Évole, anunciado a bombo y platillo, causó sensación y fue trending topic en su franja horaria (rozó los cuatro millones de espectadores y alcanzó casi el 20% de cuota de pantalla). 

El incisivo Évole regresó a la parrilla con las pilas bien cargadas, soltando muy bien fundadas yoyas dialécticas a diestro y siniestro. Y aunque no hay que quitarle mérito a los polémicos temas que Jordi trató en el primer programa de la nueva etapa de Salvados “La vida sigue igual”, con la actual crisis como epicentro, gran parte de ese éxito se lo debió a su invitado estrella, Arturo Pérez-Reverte, cuyos ácidos –pero realistas comentarios– hicieron las delicias de sus incondicionales, entre los que yo me cuento.

El Académico, Licenciado en Periodismo y ex reportero de guerra hizo un análisis pesimista sobre España, cuya Historia y la particular idiosincrasia de los españoles en general y sus gobernantes en particular, serían –según él– las principales causantes de nuestra actual situación. Su crítica quedó plasmada en frases como:

“España es un país que está maldito históricamente”….

“Perdimos dos ocasiones de oro, una en el Concilio de Trento y otra en la época de la Revolución Francesa”….

“La actual aristocracia es la clase política, una casta con privilegios, intocable y que se protege a sí misma, ya que se insultan en el Parlamento, pero cuando están en el salón del Palace se llevan todos de maravilla”….

“En otros tiempos, cuando las cosas iban mal, había ideologías que sostenían los ánimos. Ahora no existen líderes y la sociedad está indefensa”….

Si no han tenido ocasión de ver la entrevista, les sugerimos que cliquen el siguiente link:
http://www.youtube.com/watch?v=1uZpnNa6ilw

Y si quieren ver al completo “La vida sigue igual”, pueden hacerlo en:
http://www.youtube.com/watch?v=QFh5Bx0fanQ

Probablemente, se extrañarán de que los links les redirijan a YouTube y no a La Sexta, pero es que la retahíla de anuncios que tiene uno que tragarse antes de poder sintonizar el programa, es sencillamente demasié. Comprendemos que la cadena se tenga que financiar y, por supuesto, hacer negocio con sus espacios de más audiencia, pero, a mi modo de ver, aquí se pasan de la raya.
Margarita Rey

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