martes, 5 de noviembre de 2013

Tema de hoy: PP para rato

 

 

Si el PSOE no se pone las pilas y sintoniza con la actual realidad española, tendremos PP para rato. El Partido Popular ha conseguido ocupar un mayoritario espacio político que va desde el PP moderado y centrista hasta la extrema derecha. Hoy por hoy, y tal vez en las próximas elecciones, el PP puede contar con la suficiente mayoría para gobernar en solitario, aunque la situación sociopolítica y económica exige la existencia de un tercer  partido que haga de bisagra entre el PP y el PSOE. El partido UPyD, que lidera la entretanto popular política, Rosa Diez, podría ser ese tercer partido para los millares de manifestante indignados por la Política del PP, bien en el sector de la sanidad pública, o  en el de la enseñanza, las clases medias cada vez más pobres y más esquilmadas por el gobierno del PP, y los deshaucios.  Pero UPyD no es de momento un peligro para  la hegemonía del PP y sí puede ser en el futuro, si no se derrumba antes, un posible socio de coalición o de pacto.
 
UPyD sí es una seria competencia para el PSOE, ya que el partido de Rosa Diez está ocupando los espacios un tanto abandonados por el PSOE, empeñado todavía en la gran política y el abandono de la ideología como partido obrero. Cierto.  La labor para el futuro del partido socialista, con poco más de los españoles dándole la espalda y votando a la derecha aliada del capital, no va a ser fácil. Es preciso, de una parte, salvar los principios de una clase obrera, que ya no se entiende como proletariado, sino como consumidora. Y por otra parte, adaptarse a la realidad social, política y económica, aspirando desde la izquierda a ese centro que actualmente copa el Partido Popular. Y tal vez por mucho tiempo. Rubalcaba representa el pasado felipista-guerrista. Ambos cumplieron magníficamente  la ardua labor de llevar al gobierno, con gran mayoría,  a un partido pocos meses antes prohibido por la dictadura, ilegal, y en la clandestinidad.  El PSOE,  si quiere volver a ganarse a la mayoría de la sociedad española, tiene que estar en condiciones de volver, en cuanto a dinamismo, a sus orígenes; echarse más a la calle, informar en mítines y asambleas al público en general, crear periódicos de barrios. Como se demostró en Alemania con el histórico órgano del SPD (partido socialdemócrata alemán), “Vorwärts” (“Adelante”), la prensa de partido apenas es leída y menos si se trata de un mamotreto de exaltación  a los líderes o de auto-exaltación.
 
La triste realidad es que el PSOE ya no es atractivo para los trabajadores y pequeños emprendedores, que, tremendo  error,  creen que un partido conservador  va a defender mejor sus intereses. Ya lo están viendo. Un PSOE renovado tiene que dejar en el camino ambiciones personales.
 
 

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