viernes, 20 de diciembre de 2013

Atalaya: Un taco antes de la Navidad



Con el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, ha entrado por  fin, democráticamente, el lenguaje del pueblo en el parlamento. El pataleo y las voces en los escaños del PSOE, cuyos diputados durante la intervención de Rafael Hernando, del PP, no hacían caso a las palabras de disuasión del presidente de la Cámara Baja, acabaron  por “cabrear” tanto a Posada que exclamó: “¡Dejen que termine y luego hagan exclamaciones, coño! Luego se dirigió al orador Hernando que tanto había mosqueado al PSOE y le conminó a que fuese breve “porque esto no es un discurso”. Posada se disculpó después por el exabrupto, demostrando una vez más que un “coño” dicho en el momento justo surte más efecto que todas las  buenas palabras para reprender o expresar gran enojo.

El 22 de diciembre es el día de la gran ilusión y del gran desengaño. El sorteo de la lotería de Navidad. Y aunque no nos toque, esperemos que los grandes premios sean repartidos entre los pobres de solemnidad, los jubilados que viven con 450 euros al mes y que encima han de ayudar a algún familiar en paro, los discapacitados (aunque también aquí el Gobierno del PP practica recortes en la ley de dependencia), los de las clases bajas y de los la baja clase media, tan castigada por la subida de los impuestos. A uno es seguro que le tocará un buen pellizco, aunque no haya jugado: a  Montoro, ministro de Hacienda. Por primera vez en la historia de la lotería, este año todo aquel que obtenga un premio superior a 2.500 euros verá cómo se le aplica una retención del 20% que irá directamente a las arcas públicas. Así que si les toca, alegría pero menos que el año pasado.

El 28 de este mes es el día de los Inocentes. Es muy probable que ese día, el señor Montoro nos salga con alguna declaración triunfalista sobre la marcha de la economía española o la disminución del paro a partir de enero de 2014 y, por supuesto, el crecimiento. Son temas que, al igual que el escándalo Bárcenas (ex tesorero del PP e íntimo de Rajoy) los tendría que tratar en el Congreso el presidente del Gobierno, que se esconde detrás de Soraya Sáenz de Santamaría, de María Dolores de Cospedal, y muy en primera línea de su pregonero Montoro, que a menudo va por libre, para no dar la cara.
 
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España  por poco no puede asistir a la reunión del Consejo de Europa.  Un segurata no muy avispado le pidió a Rajoy  la acreditación, que Rajoy llevaba puesta debajo del abrigo. Quizá confiara en su “gran popularidad”, que le eximiría de tales trámites de seguridad. Otros participantes sacaron a  Rajoy de la bochornosa situación, diciéndole al guardia: “He is the Spanish  President”, y lo introdujeron así en la sala del Consejo.

No sabemos ya quién gobierna en España. Qué fuerza tiene el ejecutivo español para imponerse a las patronales y, en este caso, a las centrales eléctricas. En las negociaciones con la CEOE o con Iberdrola, el PP parece ir a la zaga de los después llamados acuerdos. El  optimista popular, Montoro hacía poco que había anunciado a los ciudadanos de este país, que  sólo habría un 2%  de aumento de la electricidad. Ahora, después de fallidas expectativas de Iberdrola con respecto al Gobierno, la central eléctrica ha hecho público que a partir del 1 de enero de 2014 la energía eléctrica será el 11% más cara. ¿Quién pagará el pato? Como es natural los de siempre, los de abajo, que sólo podrán encender una bombilla de bajo voltaje, tendrán que volver a los castizos y peligrosos braseros de picón y arroparse con mantas cuando estén en casa. Esta es la España del PP, votado por una considerable mayoría de los ciudadanos, que a partir del primero de enero (a menos que el titular de Industria José Manuel Soria consiga frenarla al demostrarse que ha habido manipulación en la última subasta eléctrica) podrán ver a la luz de una vela lo acertado que fue su voto.

El 28 de marzo de 1939, una Junta de Gobierno provisional del Colegio de Abogados de Madrid decidió nombrar decanos honoríficos al general Francisco Franco y al Jefe de la Falange, José Antonio Primo de Rivera. Y hasta ayer lo seguían siendo. Pero ayer, a instancias de la Asociación Libre de Abogados (ALA), el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) decidió enmendar el anacronismo y retiró la distinción a Franco, manteniendo sin embargo la de José Antonio, porque éste había sido  letrado. Por lo visto, a los carcamales del ICAM  no habían llegado aún las informaciones sobre los millares de republicanos fusilados por orden de Franco y la penosa búsqueda  por parte de los familiares de los restos mortales de los asesinados que yacían hacinados en fosas comunes. Aunque es posible que a algunos de ellos les diesen francamente igual pues, al parecer, en la  reunión de ayer se oyeron no pocos vivas a Franco y José Antonio .
 
 
 

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