lunes, 24 de marzo de 2014

Atalaya: Europa dividida


 
 
Dos días después del referéndum en Crimea, el presidente ruso Putin ha calificado de inseparable la adhesión de Crimea a Rusia. Una vez más. Europa se divide. Siguiendo el ejemplo crimeo, una antigua república soviética quiere la adhesión a Moscú, con lo que ha alarmado a su vecina Moldavia. Alemania ha advertido a Moscú contra más intentos de descomponer el mapa europeo.

Con la anexión de la península de Crimea, ha surgido un nuevo conflicto Este-Oeste, de imprevisibles consecuencias. Mientras Vladímir Putin firmaba en Moscú el tratado de admisión de Crimea en la Federación Rusa, la Unión Europea sellaba la parte política del convenio de asociación con Ucrania. Este es el primer paso hacia nuestra meta final, el ingreso como miembro de pleno derecho en la UE, declaró el primer ministro ucranio, Arsenij Jazejunk.

Una intervención rusa en Ucrania podría costarle un serio disgusto a Moscú. Al contrario que en Crimea, la población rusa de Ucrania está a favor de Occidente. Las tropas de Putin chocarían con el obstáculo del ejército ucraniano, que –y aquí está el gran peligro para la paz en Europa–, podría ser reforzado con armamento norteamericano y operaciones de la OTAN. Ese sería el escenario para una tercera guerra mundial. Por eso es urgentísimo que EE UU y la UE inicien con todo el tacto,
pero también toda la energía posible, negociaciones con Putin, el hombre fuerte de Rusia.

No hay que olvidar tampoco que en Ucrania existen “guerrilleros” neonazis, militarmente bien organizados. Son descendientes de las SS hitlerianas, que ocuparon Ucrania antes de ser liberado el país  por el Ejército  Rojo.

La UE y EE UU han endurecido sus sanciones contra Rusia. Obama es el primer presidente de Estados Unidos, desde el fin de la Guerra Fría, que “castiga” con duras sanciones a Rusia. También la UE ha impuesto sanciones a la Rusia de Putin y elaborado una larga lista de personalidades políticas rusas que no podrán pisar territorio de la UE.

La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) enviará a Ucrania una delegación de observadores. La última esperanza de los países del antiguo ámbito soviético, como Rumania, Polonia y los Países Bálticos  es que la guerra se limite a la Economía. El presidente  ruso Putin no quiere estar en un segundo rango en la UE, ni tampoco ver a Rusia aislada de Europa  Oriental.
 
 

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