miércoles, 28 de mayo de 2014

Pincelada: Las críticas del Papa


El papa Francisco nos ha vuelto a sorprender con sus declaraciones a los periodistas que le acompañaban en el viaje de regreso a Roma, después de su histórica visita a Israel, Palestina y Jordania.

Empecemos por el celibato para los sacerdotes, un tema hasta ahora prácticamente tabú. “El celibato no es un dogma de fe” manifestó Francisco a los periodistas. Según sus propias palabras: "El celibato es una regla de vida que aprecio mucho y creo que es un regalo para la Iglesia, pero ya que no es un dogma, la puerta siempre está abierta". Recordemos que desde el II Concilio de Letrán (1139) el celibato, que conlleva la renuncia al matrimonio y la promesa de castidad, es obligatorio para los sacerdotes de la Iglesia católica.

También fue muy claro a la hora de abordar el tema de los abusos sexuales que calificó de “gravísimo crimen”, comparable con las "misas satánicas", para el que él va a tener “tolerancia cero”, incluidos aquellos obispos que hayan abusado de niños. El Papa anunció un primer encuentro en el mismísimo Vaticano con ocho víctimas de tales excesos para el próximo mes de junio.

Pero lo que más ha llamado la atención en España ha sido, sin duda alguna, la referencia al paro juvenil en nuestro país, por el que ha mostrado gran preocupación. El Pontífice criticó expresamente "el sistema económico inhumano" que causa niveles de paro juvenil y señaló con el dedo a España, con el 50 % y, en particular, a Andalucía donde el paro entre los jóvenes alcanza el 60 %.
 
En ese orden de ideas, Francisco opinó que “estamos en un sistema económico donde el centro es el dinero, no la persona humana". Ello lleva a una cultura de la exclusión, en la que se excluye a los niños (dado el bajo nivel de nacimientos, “en Italia menos de dos por pareja, en España todavía menos”), a los ancianos (con la eutanasia oculta, puesto que las medicinas se administran sólo hasta cierto punto). Y, por supuesto, se excluye a los jóvenes porque "es toda una generación de personas que ni estudian ni trabajan. “Esta cultura de la exclusión es gravísima, no sólo en Europa, pero en Europa se siente fuerte", concluyó el Papa.

Para que luego digan que este Papa es sólo una operación de marketing andante para lavar la cara del Vaticano.
Margarita Rey
 
 

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