miércoles, 30 de julio de 2014

Atalaya: Dos jóvenes para cambiar a España



En las pasadas de semanas se produjeron en España dos acontecimientos que pueden cambiar por fin nuestro viejo país: la subida al trono de Felipe VI y la llegada a la dirección del PSOE de Pedro Sánchez, como secretario general del secular partido. Desde sus respectivos ámbitos de poder, tanto su majestad el Rey como el nuevo secretario general socialdemócrata, si el PSOE ganara la próxima legislatura, tienen puesta la mira en la consolidación, con vistas al futuro de España, de todas las instituciones democráticas y la erradicación de la marea negra de la corrupción organizada. A los casos largamente pendientes Gürtel o el del ex tesorero del PP Bárcenas (actualmente en prisión preventiva), así como el de Jaume Matas, ex presidente del PP en Baleares y el de Fabra (PP) ,Castellón, ambos condenados a penas de cárcel por corrupción, salta ahora el escándalo del “honorable president” catalán.  Jordi Pujol (CiU) ha confesado ahora, después de más de 30 años, poseer, con su familia, cuantiosas sumas de euros en bancos de paraísos fiscales. Según Pujol se trata de una herencia.

Luchar contra la corrupción, esa lacra generalizada, que ha de ser más pronto que tarde erradicada de raíz, es una de las promesas del nuevo secretario general socialista, que elaborará un severo plan al respecto.

El nuevo rey Felipe VI lo tiene ya claro. Someterá  las cuentas de la Casa Real a una auditoría externa, según ha anunciado la Casa Real. La auditoría será llevada a cabo por la Intervención General del Estado y se hará pública cada año a partir del próximo ejercicio. Hasta que acabe el año, don Felipe VI seguirá cobrando lo que percibía hasta ahora, como Príncipe de Asturias: 146.376 euros brutos anuales.
 
Además del régimen de incompatibilidades, que ya afecta a los altos cargos y a todo el personal al servicio de las administraciones públicas, el Rey quiere aprobar un Código de Buen Gobierno, similar al que tienen  las administraciones públicas, pero adaptado a la singularidad de la monarquía. Incluso los regalos a la Familia Real, serán sometidos a un régimen jurídico, en el que se establece  que los regalos serán destinados a actividades de naturaleza institucional.
 
Don Felipe quiere también firmar antes del 31 de diciembre un convenio con la Abogacía General de Estado para que le asesore jurídicamente. También existe la intención de firmar un acuerdo con la Secretaría de comercio para regular las actividades de promoción de productos españoles en el extranjero.

Felipe VI y su esposa  Letizia se trasladarán a Mallorca el 4 o 5 de agosto, al palacio de Marivent  para pasar las tradicionales vacaciones de verano, que este año serán muy cortas. La infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarin, imputados por el caso Noos, no estarán presentes. La Familia Real se reduce ahora los propios reyes, don Felipe y doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía, la Princesa de Asturias, doña Leonor y la infanta Sofía. En Marivent tendrá lugar hacia el 8 de agosto el tradicional despacho del Rey con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Todo parece indicar que el regreso a Madrid se hará hacia mediados de agosto para poder atender la apretada agenda del monarca.
 
 


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