lunes, 7 de julio de 2014

Atalaya: ¿Qué dice Francisco?




¿Qué habrá pensado el Papa Francisco al enterarse de las declaraciones del secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, según el cual “la misericordia no es justificación” en la relación que la Iglesia mantiene con los homosexuales?

En la presentación del catecismo Testigos del Señor, editado por la Conferencia Episcopal Española, Gil Tamayo manifestó además que "La Iglesia no va al pairo de ideologías de género” y, por si alguien no se hubiese enterado todavía de cómo piensa la CEE,  subrayó: "Si metemos un tutti frutti o un self service no nos sale algo que se entrega a los jóvenes y a los niños como esta nuestra fe, la fe de la iglesia, sino un sucedáneo”. Y, poniendo la guinda al pastel, en otra frase de su discurso añadió: …. “Hay una ley natural que establece unos códigos de masculinidad y feminidad que no son de nuestra elección”.

Ya el pasado mes de enero causaron revuelo las declaraciones del recién nombrado cardenal de Málaga,  Fernando Sebastián, de 84 años. Entonces, preguntado por la homosexualidad, el nuevo cardenal dijo que "es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación". Y continuó: "El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado".
     
Tanto el catecismo de la Conferencia Episcopal como las curiosas tesis del cardenal de Málaga han sido calificadas desde la izquierda como retrógradas, insultantes y anticonstitucionales. Claro que lo de contrario a la Constitución le es indiferente a la Iglesia católica, que en la democrática España constituye un Estado en el Estado, debido a que los socialistas, por las difíciles circunstancias de la transición, no se atrevieron a imponer que el Estado Español es laico,  y aceptaron el vaporoso término de “aconfesional”.

Lo menos que puede decirse es que la cúspide eclesiástica española tiene una singular manera de apoyar al Papa Francisco en su firme propósito de reformar la Iglesia. Y más cuando hace unos pocos días se ha publicado el contenido del documento del Sínodo, que el Papa Francisco presidirá el próximo mes de octubre, en el que se abordarán nuevas relaciones sociales en la familia, como los homosexuales, los divorciados y las parejas de hecho.
          
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

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