viernes, 19 de diciembre de 2014

Atalaya: Cuando salí de Cuba





El miércoles por la noche, una noticia dio la vuelta al mundo en los titulares de los medios. Barack Obama  dio a conocer la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, rotas desde el bloqueo decretado hace 54 años por el entonces presidente Kennedy, en la falsa creencia tan perjudicial, tanto para Estados Unidos como para Cuba, de regresar a las favorables condiciones de la dictadura del criado norteamericano, Batista, que fue el primero en poner los pies en polvorosa cuando los guerrilleros de Fidel avanzaban hacia La Habana. En 1961, un intento de recuperar la isla por los refugiados cubanos en Miami, preparado por la CIA, fracasó totalmente en la Bahía de los Cochinos.

Con el anuncio hecho por Obama, puede decirse que definitivamente ha concluido la Guerra Fría. Los exiliados cubanos no parecen, sin embargo, muy contentos. Al socaire  de la confrontación con USA, no pocos cubanos se han establecido muy provechosamente  y siguen haciendo lucrativos negocios. Los cubanos de Miami han sido los auténticos beneficiados por la dictadura comunista de Fidel Castro. Con su miopía política también demostrada durante el régimen franquista, los dirigentes norteamericanos fueron los verdaderos artífices del régimen comunista cubano. Cuando comenzó su revolución, Fidel Castro era socialista y fue empujado a los brazos de Moscú por la hostilidad de las democracias occidentales, obedientes seguras de las consignas de  Washington, que se sumaron al embargo, creando una situación política, social  y económica, que ha hecho muy difícil la existencia y facilitado el asentamiento del comunismo “caribeño”.

De momento se habla de suavizar el  bloqueo. Aún  tienen que pronunciarse los senadores republicanos, ultraconservadores. Pero hay aspectos en las leyes, que el presidente puede imponer.
 
La decisión de Obama ya fue tratada durante su visita al Vaticano, sin olvidar a los presos de  Guantánamo. El papa Francisco pidió su puesta en libertad, al tiempo que iniciaba unas negociaciones secretas entre los Estados Unidos y Cuba en las que él intervino personalmente como mediador.

También España ha estado abogando por la democratización del país. Humanamente, histórica  y culturalmente ambos países se sienten muy próximos. Fidel y su hermano Raúl son de origen gallego (de ahí que Fraga abrazase tan  efusivamente a Fidel en su encuentro en La Habana en 1991). Puede decirse que España no perdió  a Cuba en el 98, sino que Cuba perdió a España por la intervención  norteamericana. Los expansionistas norteamericanos creen que el Caribe les pertenece.
 
 
 

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