domingo, 25 de enero de 2015

Pincelada: Liantes y cuentistas




Menuda semanita que estamos dejando atrás. Desde el pasado lunes, sorprendentes revelaciones se han ido sucediendo en el día a día, despertando en nosotros una capacidad de asombro que creíamos ya agotada.

Empecemos por el lunes. Después de la publicación el domingo 18 en el diario digital elplural.com de una exclusiva con el siguiente título: "Monedero factura 425.150 euros en dos meses con una empresa de la que es único propietario y que no tiene ni trabajadores ni estructura", todos los medios de comunicación (especialmente el diario El Mundo) y las redes sociales se hicieron eco de la noticia sobre ese ingreso procedente de Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador por unos trabajos facturados en 2013 y supuestamente realizados en 2010 -cuando la empresa en cuestión ni tan siquiera existía-, por asesorar en la “creación de una moneda única bolivariana”.
 
Lejos de aclarar este turbio asunto (según Juan Carlos Monedero todo el dinero ha servido para subvencionar el programa diario de tertulia política “La Tuerka"), que podría apuntar a un negocio simulado para encubrir una financiación por parte de sus amigos de ultramar, Monedero  sólo ha echado balones fuera y embrollado todo todavía más con sus nebulosas explicaciones. Es más,  a día de hoy, el tema que nos ocupa tiene todos los visos de convertirse en un segundo “caso Errejón”, aunque, de confirmarse los datos publicados, éste se quedaría en mantillas.

Hoy mismo, El Mundo ha vuelto a arremeter contra Juan Carlos Monedero. La periodista Marisa Recuero titulaba así un artículo dedicado al número tres de Podemos: “Monedero ingresó otro millón de Venezuela desde una fundación”. Según dicho periódico, Juan Carlos Monedero “recibió dos transferencias, con origen en Venezuela, por un importe cercano al millón de euros, a través de la Fundación del Centro de Estudios Políticos y Sociales”, en Valencia.

Aparte de la posibilidad de algún tipo de fraude fiscal, en el que aquí no quisiera entrar, ya que está siendo examinado con lupa por los que en realidad deben hacerlo, es decir Hacienda, a mí personalmente me llaman la atención dos cosas. En primer lugar, me parece rrrarrro, rrrarrro, rrrarrro que el profesor titular de la Universidad Complutense Juan Carlos Monedero, que tiene un contrato de exclusividad, pueda dedicar tanto tiempo a consultorías en el extranjero, ajenas a la docencia y sin permiso de la Universidad (que cursó retroactivamente hace apenas un mes). Normalmente, si la Universidad da su conformidad a trabajos externos, es ese mismo Organismo el que firma los contratos, los factura y los cobra. Por ello percibe una especie de comisión (un 10%) que, una vez recibido el correspondiente pago por los servicios prestados por el profesor, deduce del importe de la factura, antes de emitir la orden de pago en favor del docente que realizó el encargo.

En el caso que nos ocupa, la Universidad no ha visto hasta ahora ni un céntimo. Claro que se trata de un pago “en diferido”. ¿Les suena de algo? Por ello, ante la magnitud del guirigay que se ha organizado al salir a la luz pública la noticia, y a pesar de que el rector de la Complutense, José Carrillo, es muy cercano a Podemos, la UCM estudiará el próximo lunes si abre expediente a Juan Carlos Monedero. Tampoco estaría de más investigar si las numerosas apariciones en televisión de J.C.M. han sido gratis o también cobrando.
 
Una vez más se ha puesto de manifiesto, que eso de dar lecciones de ética y honradez a los demás se les da muy bien, pero, a la hora de la verdad, los de Podemos distan mucho de predicar con el ejemplo. Además, ellos -que no se han mostrado precisamente clementes a la hora de lanzar sus dardos envenenados en dirección a “la casta”- (a la que, entretanto, han pasado a pertenecer), demuestran ahora muy poca capacidad para encajar las críticas de sus adversarios y se presentan como las víctimas de un ataque conjunto de PP y PSOE contra ellos (sólo falta que les acusen de una conspiración judeo-masónica). ¿O es que eran tan ilusos de creer que la prensa, ávida de escándalos, iba a tratarles con cariño "por ser vos quien sos"? 
 
A estas alturas de la película, no importa cuáles sean las conclusiones de la comisión de la UCM, el escándalo que ha salpicado a la nueva formación política, resta credibilidad al discurso de Podemos. Ya conocen eso de “la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino además parecerlo.”
 
La segunda sensación que también guarda relación con Podemos, ha sido el artículo de Esther Palomeras en el prestigioso y crítico digital Huffington Post el pasado miércoles. La autora desvelaba que el expresidente José Luís Rodríguez Zapatero se había reunido antes de Navidad con Pablo Iglesias y su segundo de a bordo Íñigo Errejon en el domicilio madrileño de José Bono, exministro de Defensa y expresidente del Congreso de los Diputados. Más tarde se supo que en el encuentro, propiciado por José Bono, también participó el alcalde de Toledo, Emiliano García Page, y que se produjo sin informar previamente al Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez.

La noticia causó sensación y, aunque según Bono esa “charla informal” no tuvo ningún fin "partidista ni para tomar ninguna decisión”, lo cierto es que cayó como un auténtico bombazo en la ejecutiva del PSOE, tanto por lo extemporáneo de la reunión, en unos momentos donde parece que se ha abierto la veda contra Pedro Sánchez, como por tratarse de un absoluto sinsentido.

¿Qué pretendía Bono con esa peculiar invitación? Cierto, el afán de protagonismo del castellano manchego ha sido más de una vez objeto de críticas, dentro y fuera del partido. Aunque me hizo gracia la frase del periodista Alfonso Rojo refiriéndose a él en una tertulia: “Bono enreda más que una mala peluquera”, tengo que reconocer que la cosa no se queda en una simple boutade. Es algo mucho más serio que una metedura de pata del trío socialista que protagonizó el encuentro. Además, eso de la amistad existente con la familia de Pablo Iglesias por haber asumido la defensa del papá del líder de Podemos a finales del franquismo, no se lo cree ni Pepe Bono. Y si no, basta con leer la opinión del antiguo militante del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y padre de Pablo Iglesias, Francisco Javier Iglesias, sobre José Bono recogida por el periodista Segundo Sanz para VozPópuli, donde pone como hoja de perejil al PSOE en general y a Bono en particular.

¿Y en qué estaría pensando Zapatero cuando aceptó la invitación de Bono? ¿O quizás se aburría porque tiene demasiado tiempo libre después de la que organizó en su última etapa como Jefe del Ejecutivo? En cuanto a García-Page, más le valdría que centrase sus esfuerzos en ganarle las autonómicas a la Cospe, que ha dejado a Castilla-La Mancha hecha unos zorros con tanto recorte.

Por mucho que Bono y Zapatero se empeñen en querer quitar hierro al asunto, el daño ya está hecho y sus consecuencias pueden ser letales para el PSOE, cuyo neófito Secretario General no gana para sustos y tiene que enfrentarse diariamente a las luchas internas protagonizadas por su ex valedora andaluza -a quien pierde la ambición-, barones y grupúsculos que maquinan a sus espaldas y le convierten en una presa fácil para los ataques de la prensa de derechas y del mismo “Podemos”.
 
Parece que el revuelo causado ha servido para que los iniciadores de esas intrigas palaciegas que tanto gustan al PSOE, se den cuenta de que con esas maniobras indignas se están jugando, no sólo el futuro del partido sino el suyo propio.

Pedro Sánchez, aunque serio, no ha mostrado en público su enfado. “No voy a contribuir al ruido interno. Zapatero puede reunirse con quien quiera y hacer lo que quiera con su agenda, yo lo respeto”, declaró ante la prensa. Y a las preguntas de si esa reunión era evitable, contestó lacónicamente. “se lo tendrán que preguntar a él”. Claro que la procesión va por dentro.

Y, para terminar, el colofón de la puesta en libertad de Bárcenas el pasado jueves, que comentamos hoy en Atalaya. Si esto no es una semana de sobresaltos, que venga Dios y lo vea.
 
Margarita Rey
 



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