viernes, 20 de marzo de 2015

Curiosidades: El pene roto



Hace leí unos días  una noticia que sido un bombazo en la prensa mundial: un hombre de Boston se fracturó el pene cuando realizaba el acto sexual con su pareja. Y yo me pregunté: ¿es de verdad posible romperse el pene cuando, que yo sepa, ese miembro no tiene ningún hueso?

Aunque dicen que la curiosidad mató al gato, he de reconocer que a mí, algunas veces, me puede. Así que me puse a brujulear por la red y, además de lo que pone la tía Wikipedia en tono científico, me topé con un artículo mucho más “light” en una publicación colombiana (publimetro.cl) titulado: “El Síndrome del Pene Roto, lo peor que puede pasarle a un hombre”. La autora, una mujer, Luz Lancheros, dice así:

“Hace poco, fue famoso el relato de Jesse Miller- Gordon en VICE, quien contó cómo en plena sesión sexual de repente, sonó como si algo se desgarrase en su habitación. Se vió empapado en sangre, y descubrió lo peor: se le había roto el pene. Luego de una cirugía y de andar 4 meses con una bolsa de hielo, por fin pudo recuperarse. Eso sí, le tocó no tener una erección, o se lo podía volver a partir.

Pero el caso de Jesse no es el único. De hecho, esto sucede con mucha frecuencia. Tan solo en Estados Unidos se contabilizan aproximadamente mil casos anuales, y en Grey´s Anatomy  también reseñaron el tema. ¿De qué se trata este fenómeno?

Se llama 'El Síndrome del Pene Roto', y por lo general es cuando en pleno acto sexual se realiza un movimiento brusco y se desgarra el pene, sobre todo en la parte que lo envuelve. "Si el pene está flácido es elástico, pero erecto es rígido", afirmó, para Doctíssimo, el doctor Francois Guiliano, del servicio de urología del Hospital Universitario de Bicêtre, en Francia. Cuando eso sucede, tienen que ir a urgencias y cubrir el pene con una bolsa de hielo.

"He tenido pacientes entre los 20 y 30 años que lo hacen por malas posturas sexuales, o por tener sexo atrevidamente. Tuve un caso de un paciente que correteó a su esposa por toda la habitación, para luego penetrarla de un salto", afirmó Hunter Wessells, especialista en urología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington. Pero también se debe a la masturbación o a una manipulación del miembro de forma inconsciente.
 
Por supuesto, debe hacerse cirugía, so pena de que el paciente tenga disfunción eréctil en el futuro. Luego se deben esperar semanas o meses para que cicatrice por completo la sutura, y de paso no pueden tener ninguna erección, por lo que deben acompañar el pene con una bolsa de hielo.  Después, poco a poco, pueden ir recuperando la confianza”.
 
Para un hombre, con esa fijación que suelen ellos tener por su miembro viril (las consabidas frases de “que si mide eso u lo otro”, “que si la tengo pequeña pero juguetona”, etc., etc. ) debe ser algo horrible estar uno en plena faena con su pareja y que, de repente, le suceda algo así. Me figuro la congoja que tiene que llegar a sentir el protagonista de semejante situación. De seguro un auténtico drama. Aunque lo peor es, sin lugar a dudas, lo que aún está por venir.
 
¿Se imaginan el pasillo de comedia en el servicio de urgencias hospitalarias? Y mucho más si precisamente ese día el médico de servicio es una mujer. Si para cualquier fémina no suele ser plato de buen gusto la visita al ginecólogo, mucho menos agradable será para un varón tener que enseñarle el pajarito a una doctora en un lugar tan concurrido como la unidad de emergencias, donde la privacidad suele brillar por su ausencia. Claro que, obviamente, lo que prima en ese momento es la solución del problema y que al pobre desgraciado no le queden secuelas de su ingrata desventura.
 
M.R.
 
 
 

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