lunes, 20 de abril de 2015

Atalaya: Moros en la costa




Mientras que el ciudadano europeo vive con la precaria evolución de la crisis y, como en España, se enfrenta a cómo sobrevivir con la penuria de los puestos de trabajo y luchando por no descender más todavía en la escala social;  mientras que don Mariano Rajoy,  en las proximidades de las elecciones, vuelve a exagerar en cuanto al desarrollo de la economía española y los bienes que nos esperan a partir de 2016 (¡hay predicciones de Rajoy y su pregonero Montoro de proyectos hasta el año 2026!); mientras todos estamos enredados en nuestra vida cotidiana, no nos percatamos de que estamos rodeados de guerras en el Oriente africano y en la oriental Rusia, Ucrania. 
 
En el Próximo Oriente la situación se agrava de por días, desde que los llamados yihadistas (santos guerreros), fanáticos intérpretes del Corán y de la voluntad de Alá, acosan con su recién fundado Estado Islámico (ISIS) desde el norte de Siria a los países árabes no considerados lo suficientemente islámicos, que serán conquistados y anexionados al Estado Islámico. Las avanzadas de ISIS no sólo siembran el terror en los territorios vecinos a su cuartel general, sino también en países occidentales, considerados los grandes enemigos. La policía española está desarticulando células yihadistas en Ceuta y Melilla), donde reclutados con nacionalidad española pretenden viajar a Siria. Los yihadistas entrenan a los voluntarios captados que, poseídos por el Islam, acuden al Estado Islámico. También enseñan a niños de temprana edad a manejar armas de fuego, matar rehenes con un tiro en la nuca o degollándolos.
 
Para Occidente, la evolución en Oriente Medio es preocupante. En la última cumbre de los Países Árabes celebrada a finales de marzo en Sharm al Sheij (Egipto) se rechazó el yihadismo, se acordó la formación de una fuerza militar conjunta para hacer frente a las amenazas que supone la expansión de los grupos yihadistas en Oriente Medio y la influencia iraní en algunos países árabes y se pidió el apoyo occidental de  EE UU y la OTAN. Las grandes incógnitas son Arabia Saudita e Irán, que posee la tecnología para armas nucleares.  La ronda de negociaciones entre EE UU e Irán sobre el programa nuclear de Irán, que terminó el 2 de abril en Lausana (Suiza), acabó con un acuerdo en los principios base. El pacto entre las seis  potencias Rusia, China, Francia, EE UU, Reino Unido, Alemania (conocido como el grupo 5 + 1 ) y la República Islámica de Irán, que se seguirá negociando hasta finales de junio, prevé que la planta de enriquecimiento de Natanz sea la única en Irán, mientras que la instalación subterránea de Fordo será convertida en un centro científico civil.
 
 En un gran riesgo vive Israel, que también precisará ayuda. No están  exentos de peligro por su proximidad al temido escenario bélico España, Francia, Italia y Grecia. Un error de España: regalar la nacionalidad española a quienes en el fondo de sus corazones son musulmanes atraídos por el sueño yihadista de “Panarabia”.
 
Los rusos, por su parte, están muy callados. Suficiente tienen con que no se les descontrole la guerra secesionista ucraniana entre los separatistas pro rusos y el gobierno de Kiev. Sin embargo, Putin se engaña si cree que el islam no le atañe. En la Federación rusa hay, aparte de Chechenia, diversas repúblicas musulmanas.  Unos 14 millones de personas (aproximadamente el 10% de la población rusa) practican el islam en su tendencia sunita. Pero también Ucrania, allegada a la UE, preocupa a Europa. La UE aspira a la unión de todos los europeos: del Oeste, del Centro y del Este. A Moscú (Putin) no le conviene el proyecto europeo.
 
 

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