domingo, 15 de noviembre de 2015

Atalaya: Alá es grande…





 
El viernes pasado, una masacre cometida en el centro de París por la terrorista organización árabe ISIS conmovió a Occidente y demás países civilizados. De pronto, los países occidentales europeos fueron conscientes de lo que escritores y periodistas venían avisando desde hace años: Europa, Occidente (muy en primer lugar, EE.UU), están en peligro. Todos los medios de comunicación mundiales recordaban como comienzo de la guerra que el Islam nos tiene declarada la catástrofe terrorista de las Torres Gemelas en Nueva York (11-S 2001) y la masacre en Madrid (Atocha) del 11-M 2004.

Francia, en primer lugar, anuncia a través de su presidente Hollande que la nación gala está, desde los horrorosos sucesos del viernes por la noche en París, en guerra con el llamado Estado Islámico (establecido a caballo entre Siria e Iraq). Los demás países de la Unión Europea, entre ellos España, apoyan a Francia.

¿Cómo pueden jóvenes (también jóvenes mujeres)  que suelen tener la nacionalidad del país golpeado, masacrar a personas que no tienen nada que ver con sus problemas de identidad nacional o religiosa?
 
El tinglado del Islam se mama  con la leche materna. En las escuelas coránicas enseñan a los niños a odiar como herejes a los creyentes de otras religiones y le inculcan la idea de que “Alá es grande". También en las mezquitas, imanes predican la superioridad del Islam y recuerdan la grandeza de la cultura árabe, cuya cumbre fue Al-Andalus (casi la totalidad de España y no sólo, como algunos creen, Andalucía), que ahora también está amenazada. La eficaz policía española ya lleva detenidos a unos 100 yihadíes.

Alá quiere recuperar todo lo perdido por  malos musulmanes o arrebatado por las huestes cristianas. ¿Se estará formando ahora en Occidente una nueva Cruzada contra el Islam fanático, contra los jefezuelos de la yihad y por la paz  en el mundo árabe? Es extraño: en ninguna parte he leído o visto que se inmolen los jefezuelos y “califas” del Estado  Islámico que ordenan a menores y adultos degollar a sus rehenes o prisioneros. ¿No dicen que los que mueren por Alá van directamente a un maravilloso paraíso con huríes incluidas?

Por lo demás, me parece de una gran ingenuidad o irresponsabilidad que los gobiernos occidentales permitan  la proliferación de mezquitas en sus estados. Por mucho que distingamos entre musulmanes buenos y musulmanes malos, lo cierto es que tenemos al enemigo en casa.

También España está amenazada. Lo dicen los ministros españoles del Interior y el de Asuntos Exteriores, que ruegan precaución a la ciudadanía. Los hay que por  inocencia o por  cálculo político propugnan el diálogo en vez de medidas de fuerza. Pero ¿puede el decapitado dialogar con la cabeza debajo del brazo?
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario