domingo, 24 de enero de 2016

Atalaya: Las matemáticas gobiernan


 



Crudo lo tiene el Rey, Felipe VI, para preparar el camino de la nueva legislatura bajo su égida. Las elecciones del pasado 20D han arrojado una serie de dados, algunos intercambiables, pero que juntos no suman lo suficiente como para formar gobierno.
 
El PP, en realidad ganador de las elecciones, al perder la mayoría absoluta y dejarse 63 escaños por el camino, tiene muy poco que elegir. Aunque la fórmula favorable a una democracia madura  sería una gran coalición entre el PP y el PSOE (como en Alemania entre los conservadores cristiano-demócratas, CD/CSU, y los socialdemócratas, SPD),  hay que llegar a pactos si de lo que se trata  no es gobernar para tener el poder, sino cambiar el país y sus instituciones para que España deje por fin de ser el “ave  rara”  entre las democracias europeas, que en estos casi 40 años, al menos por lo que respecta al PP, no ha abandonado para siempre viejos hábitos del régimen anterior. La coalición PP/PSOE la aconseja la mayoría de los barones socialistas, así como el ex Presidente  del Gobierno  socialdemócrata, Felipe González, el ex Presidente del Ejecutivo, José María Aznar y el ex Presidente del Gobierno del PSOE, Rubalcaba. 
 
Ciudadanos, partido  centrista, estaría tal vez dispuesto a apoyar al PSOE, pero con la condición de que el partido socialista se haga todavía más socialdemócrata, es decir que, dentro del  centro, se deslice unos centímetros más hacia la derecha y, lo más importante, que en ningún caso dé apoyo a  movimientos soberanistas. Un importante punto de coincidencia entre ambos partidos: ninguno quiere ver más a Rajoy como presidente de la nueva legislatura. De ser de otra manera, un tripartito PP-PSOE-C’s (Ciudadanos) podría ser la mejor solución, pero el PP ha cometido tantas pifias, sobre todo en lo social, que Ciudadanos sólo quiere que se marche Rajoy y su PP. Un tripartito con PP, PSOE y C’s  sería otra solución en  la situación en que se encuentra España, a pesar de ser la cuarta potencia de la Unión Europea. Pero Rajoy, su gobierno y sus ministros sólo han dado palos de ciego en lo nacional y lo internacional y ni PSOE ni C’s dan mucho crédito a sus cantos de sirena.

Con su proverbial astucia de esconderse y no hablar –sólo los privilegiados oídos de Soraya Sáenz de Santa María  y María Dolores Cospedal se libran de su mutismo–,  Rajoy ha salido ahora diciéndole al Rey que declina, "de momento", presentarse a la investidura y prefiere esperar a otras candidaturas.

Habría que decirle que espere  sentado. Seguro que en el PP habrá un político bien preparado y honesto para ostentar, en caso dado, el cargo de Jefe de Gobierno en una coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos. Por su parte,  Pedro Sánchez (PSOE), haría muy bien en escuchar las voces de su partido, que le aconsejan que se aleje de Podemos, aventurera y radical formación de izquierda, cuyo principal objetivo es ahora devorar a la socialdemocracia española.

 
 

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