miércoles, 6 de abril de 2016

Atalaya: Estado Islámico

 
 


Poco después de los atentados terroristas islámicos de París, Bruselas, la capital de la Unión Europea, sufrió al comienzo de la Semana Santa otros dos atentados: uno en su aeropuerto (45 muertos y más de un centenar de heridos, en parte de gravedad) y en el metro, cerca de la parada de la sede de la UE. Bélgica es el país que más terroristas yihadistas alberga en Europa. Al parecer, la policía helena halló en un registro un plano del aeropuerto de Bruselas, que enviaron urgentemente a las autoridades belgas. Nadie sabe qué hicieron con el plano, que hubiese tenido que disparar la inmediata “fortificación” del aeropuerto.

Como es natural, el mundo occidental se ha sentido sobrecogido por la tragedia, expresando en plazas y calles su solidaridad con los familiares de los asesinados y su profundo luto. Por todas las capitales europeas: gran profusión de flores, coronas, antorchas y velas. Comparto asimismo el sentir de las grandes manifestaciones en repulsa de los cobardes ataques de más que “guerreros santos”, de mentes enloquecidas por unos perturbados jefezuelos (ellos no se inmolan para estar con Alá). Pero me pregunto si con tales multitudinarias manifestaciones en solidaridad con Bélgica, no estaremos dando gozo a los energúmenos del Estado Islámico, que comprobarán así el éxito de sus criminales acciones. Por otra parte, los atentados en países de la Unión Europea fomentan la formación de neonazis, violentos radicales de derechas, que aprovechan la ocasión para arremeter contra los extranjeros en general, sin hacer distingos, y sembrar el odio contra todos los musulmanes, incluso los residentes en el país desde hace más de 40 años, Estos musulmanes están amenazados por dos lados: de una parte por los neonazis y por otra por los yihadistas, que quieren obligar a los imanes a predicar su versión del Islam. De un Islam del amor y la comprensión, los terroristas han hecho un Islam cruel, sin piedad, en la línea de la “sharia”, la brutal ley islámica, que ahorca a homosexuales, lapida a mujeres por la mera sospecha de adulterio y degüella a traidores y presos, enseñando incluso a niños de 8 años a cometer esas barbaridades.
 
Los ciudadan@s de Europa han de tener sumo cuidado con atractivos anuncios en Internet, que invitan a unirse a la yihad o “guerra santa”. En todos los países europeos, también en España (donde la policía está ojo avizor y consigue detener a muchos de estos conversos), están en la clandestinidad terroristas que reclutan a jóvenes de uno y otro sexo, que son enviados a Siria. Los y las jóvenes convertidos al Islam, son incorporados a los guerrilleros de Alá, algunos incluso con un cinturón de explosivos para autoinmolarse asesinando al mayor número posible de personas. Las jóvenes son violadas para que den a luz a musulmanes con sangre europea. Está claro que el llamado Estado Islámico, apoyado por Arabia Saudí y oros países del Golfo, que practican asimismo una versión muy dura del Islam, ha declarado la guerra a Occidente.
 
¿Y qué hace la UE? Parece ser que la Unión Europea ha decidido estar al margen en lo posible, habiendo cultivado más el sector de la Banca, el de los créditos, el control de los  déficits de los países miembros, que los intereses de los ciudadanos europeos. Otra pregunta que se oye con frecuencia es ¿para qué está la OTAN? Rusia ya no es el enemigo. Los miembros de la UE tendrían que formar grupos de trabajo para elaborar un plan defensivo a medio y largo plazo. Actualmente es urgente que los países miembros de la UE estrechen su colaboración, en especial entre los servicios secretos que han de conseguir infiltrarse en el llamado Estado Islámico, y coordinen la intervención de sus fuerzas armadas en la región. Es cierto que todos tienen sus intereses en el Oriente Próximo y en el más lejano. El petróleo une a EE UU con Moscú, al tiempo que florece el comercio de las armas, en especial con Arabia Saudí, que se las suministra a los terroristas. ¿Dónde si no consiguen sus modernas armas? España es el séptimo mayor exportador de armas del mundo. Más de una cuarta parte del armamento que España vendió en 2015 a países extranjeros tenía como destino final Arabia Saudí.



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