lunes, 9 de octubre de 2017

NUESTRA LENGUA: Mala pronunciación






También en España está muy extendido el uso de esos aparatitos, los móviles, que tienen un sinfín de funciones, entre ellas la más usada, la de enviarse Whatsapps. Pero el español no tolera muy bien la pronunciación correcta de las palabras extranjeras como pudieron comprobar los romanos, oyendo el latín de su emperador andaluz Trajano, que levantó oleadas de risas. 
 
Entre todos los ibéricos hicieron del latín ya “reformado” una monumental jerigonza, que desembocó en el román paladino, en el que nos quería hablar Gonzalo de Berceo. Como cuna del castellano, que lingüísticamente es también llamado español, se considera San Millán de la Cogolla, donde apareció un códice con anotaciones en lo que después sería la lengua oficial de España.

Pero echemos un vistazo de cómo destrozan (españolizan) muchos iberos algunos de los mencionados “cacharritos”:
 
Oímos a una jovencita decirle a su amiga que “le pondré un “guasa” (Whatsapp). Guasa en español es “cachondeo”, “burla”, “broma”. Me pregunto si le gustaría a Rajoy que en las conferencias internacionales le llamaran “Rajuá”.

En otra ocasión oímos: “Sí, te pondré un emilio”= E-Mail (correo electrónico).
 
Y no digamos de nombres extranjeros ilustres. Hasta el presidente  del gobierno dice “Premio Nóbel” en vez de lo correcto: “Premio Nobél”. Alfred Nobél fue un gran químico e  ingeniero sueco que inventó la dinamita. Hacia el fin de su vida, arrepentido por los estragos que su invento había causado, dejó estipulado en su testamento que la mayor parte de su fortuna fuese a parar a una fundación que premiaría una vez al año a los mejores en el campo de la física, la química, la medicina, la literatura y la paz, fuesen o no de nacionalidad sueca.
M. Moral
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario